El activismo pedofilo homosexual comienza en Holanda en 1940 y en 1970 en Holanda el grupo OCC declaro públicamente que el homosexual solo seria libre cuando el niño y el pedofilo lo fueran , desde entonces han tenido una clara y directa marcha había rebajar tanto como les sea posible la edad de consentimiento sexual , en Inglaterra intentaron lograr que la edad de consentimiento sexual fuera a los 4 años (cuatro años) Pero les fue negado. El movimiento homosexual solo el año pasado registro a lo menos tres altos lideres que llegaron con sus simpatizantes a la cárcel por cargos de pedo filia y relacionados a ellos , mientras la iglesia esta limpiando su casa y sacando la basura pedo fila , las organizaciones homosexuales no hacen nada parecido en este sentido. Que porcentaje de homosexuales son pedo filos eso ya depende de los trabajos que quieran tomar como margen referencial , mientras por ejemplo el Doctor Pla dice que el numero de homosexuales alcanza un 40% la fundación Epasi dice que el numero es mucho mayor
La pedofilia y la homosexualidad: La relación políticamente incorrecta
04.07.13,
El caso de la pareja homosexual integrada por Mark J. Newton, de 42 años, y Peter Truong, de 36, quienes adoptaron a un niño ruso, al que luego violaron, hicieron partícipe en videos pornográficos que subieron a internet, puso de nuevo la relación entre homosexualidad y pedofilia “fuera del closet”.
Es una relación polémica, controversial, políticamente incorrecta de mencionar. Pero real.
Basta recordar que la Asociación Internacional de Lesbianas, Gay, Bisexuales, Trans e Intersexuales (ILGA, por sus siglas en inglés) avaló durante cerca de 10 años una política a favor de la pedofilia, incluyendo entre sus miembros a organizaciones promotoras de la pedofilia, como Martijn y la Asociación Norteamericana por el Amor entre Hombres y Niños (NAMBLA).
En toda discusión a este respecto, nadie termina de dar una explicación seria a por qué un colectivo gay aceptó formalmente a organizaciones que promovían la pedofilia. NAMBLA incluso tuvo un papel protagónico en la dirección del ILGA.
Pero bueno, cada vez que este tema surge, inevitablemente quienes intentan tapar el sol con un dedo -lo he visto en las redes sociales- atacan el problema de los abusos sexuales en la Iglesia.
Bien, lamento descorazonarlos, pero los abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia también están relacionados mayoritariamente con la homosexualidad.
Un estudio realizado y hecho público por la Iglesia reveló que de los casos de pedofilia y efebofilia de sacerdotes, el 60 por ciento está relacionado a individuos del mismo sexo y el 30 por ciento es de carácter heterosexual.
En Estados Unidos, un estudio realizado por el John Jay College of Criminal Justice, a pedido de lo Obispos de ese país, reveló que el 81 por ciento de los abusos sexuales cometidos por miembros del clero involucraron niños y adolescentes varones.
Nuevamente, las cifras son abrumadoras.
¿Eso quiere decir que todas las personas homosexuales son potenciales abusadores? No. Pero sí indica que hay una mayor incidencia estadística de abusos en personas homosexuales que en heterosexuales.
Datos interesantes también los provistos por el estudio realizado por el Dr. George Rekers, en 2004.
Ahí, sustentándose en una investigación realizada en el 2000 por Zebulon Silverthorne y Vernon Quinsey, Rekers señala que los “hombres adultos homosexuales son más propensos a ver a un hombre adolescente como una pareja sexual deseada, más que un hombre heterosexual adulto vería a una mujer adolescente como una compañera sexual deseada”.
Todo esto, sumado a los importantes hallazgos del Dr. Mark Regnerus sobre los negativos efectos que tiene en la vida de las personas haber sido criados por parejas gay, termina de pintar de lleno por qué la adopción homosexual no debe ser legalmente aprobada.
Recordemos siempre que la adopción no es el “derecho” a tener un hijo, como si se tratara de comprar una mascota en la tienda, escogiendo su raza, color, sexo. No. La adopción es el derecho de un niño a tener una familia, conformada -no por un asunto de credo sino por naturaleza, por biología- por un padre y una madre.
PEDOFILIA Y HOMOSEXUALIDAD
Un psiquiatra especializado da la razón al cardenal Bertone con datos concluyentes
Las declaraciones del secretario de Estado vaticano despertaron la indignación del lobby gay, pero tienen un sólido apoyo científico incluso según los informes de los equipos que han investigado específicamente los casos de abusos cometidos por el clero. Las cifras del doctor Richard Fitzgibbons son contundentes en los porcentajes.
Actualizado 17 abril 2010
Richard Fitzgibbons
El lunes, en el Seminario Pontificio de Santiago de Chile, el cardenal Tarcisio Bertone afirmó que, «según numerosos psicólogos y psiquiatras», no existe una relación entre la pederastia y el celibato de los clérigos y religiosos, y sí con la homosexualidad.
El director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Federico Lombardi, aclaró después que las afirmaciones del secretario de Estado no se referían a la población homosexual en general, sino «al problema de abusos por parte de sacerdotes». Eso no aplacó al lobby gay, ni a Pedro Zerolo (quien, ignorando las palabras de Lombardi, dijo este sábado que la Iglesia se equivoca al «vincular una orientación sexual con la comisión de un delito»)… ni tampoco al ministro francés de Asuntos Exteriores, uno de los nombramientos más polémicos de Nicolas Sarkozy por tratarse de una reconocida personalidad de izquierdas que llegaba a un gobierno de derechas tras las elecciones de 2007. Según Bernard Kouchner, su colega Bertone había hecho una «amalgama inaceptable».
Pero no tan inaceptable, según el psiquiatra Richard Fitzgibbons, uno de los principales expertos mundiales en el asunto y consultor de la Congregación del Clero. Fitzgibbons está especializado en la atención médica a los sacerdotes pederastas, y no es precisamente complaciente con ellos, al destacar que «niegan el pecado en sus vidas» y «se resisten a examinar sus conciencias», buscando incluso justificación en directores espirituales alejados de la doctrina moral de la Iglesia.
En declaraciones a Catholic News Agency, sin embargo, Fitzgibbons ha dado la razón al cardenal Bertone, al recordar los datos contundentes del informe del despacho de abogados John Jay, a quien la conferencia episcopal norteamericana encargó en 2002 una investigación a fondo sobre el problema que entonces sacudía a la Iglesia en Estados Unidos. En ese informe se recogía que el 81% de los sacerdotes pedófilos habían abusado de menores de su mismo sexo, según el siguiente rango de edades: 6% por debajo de 7 años, 16% entre 8 y 10 años, 51% entre 11 y 14 años y 27% entre 15 y 17 años.
Fitzgibbons va aún más lejos al describir su propia y amplia experiencia personal: «Todos los sacerdotes a los que he tratado que habían tenido alguna relación sexual con niños habían tenido relaciones homosexuales adultas.»
Lo que el movimiento gay no ha dicho acerca de los homosexuales
Cuestiones que el lobby gay ha ocultado sobre la homosexualidad para lograr su difusión y aceptación
Por: Arbil | Fuente: arbil.org
Lo que el movimiento gay no ha dicho acerca de los homosexuales
* Que según diversos estudios (1), existe una relación significativa entre homosexualidad y pederastia: entre el 22% y el 60% de los homosexuales son o han sido pederastas.
* Que los movimientos gay de varios países están intentando reducir la edad de consentimiento sexual entre personas del mismo sexo hasta los 10 años (en Holanda ya está en 12 años), así como legalizar el incesto .
* Que, según estadísticas del gobierno de EEUU en 1992, entre el 17% y el 24% de chicos menores de 18 años son víctimas de abusos homosexuales, comparado con el 0.09% de chicas víctimas de abusos por heterosexuales (Judith A. Reisman, American University).
* Que algunos psicólogos quieren que la pedofilia sea considerada un comportamiento normal (Dr.M.Wertheimer).
* Que el diario METRO publicaba el 14/01/2005 que Niños de la calle en Barcelona ofrecen servicios sexuales a los gays en las zonas de "cruising”: “…son chavales, la mayoría inmigrantes de familias desestructuradas…” (ver guía http://www.gayinspain.com : “en la plaza Sant Miquel “suele haber algunos chavales”. Al aire libre está la Plaza Catalunya, donde “hay chicos que buscan protección”).
* Que, según el Journal of the American Medical Association, el 50% de los hombres enfermos de SIDA han tenido relaciones sexuales con un hombre adulto antes de los 16 años, y el 20% antes de cumplir los 10.
* Que según un estudio longitudinal publicado en 1997 en el Journal of Orthopsychiatry (Golombok y Tasker), a la edad adulta, los hijos criados por lesbianas tienen un 24% más de incidencia en relaciones homosexuales que los hijos de madres heterosexuales.
* Que la práctica homosexual reduce en 20 años la esperanza de vida, aumenta 5 a 10 veces el riesgo de SIDA, y que entre el 70% y el 78% de los gays aseguran haber tenido una enfermedad de transmisión sexual.
* Que las personas (adultos y jóvenes) con prácticas homosexuales son más propensas a padecer enfermedades mentales (depresión, ansiedad, trastornos de conducta), al abuso de drogas y a experimentar tendencias suicidas.
* Que la violencia entre parejas homosexuales es de 2 a 3 veces más frecuente que entre las heterosexuales, y que las uniones homosexuales, son significativamente más propensas a romperse que las heterosexuales.
* Que la duración media de las relaciones homosexuales es de dos a tres años y que, según la Federación Estatal de Gays y Lesbianas, los homosexuales tienen una media de 39 relaciones con distintas personas a lo largo de su vida.
* Que el estudio de la Universidad de Sevilla tiene serios defectos metodológicos (sesgo de selección, pérdida de 50% de la muestra, etc.)
* Que los movimientos gay no practican la tolerancia que predican y reclaman, pues persiguen judicial y mediáticamente a todo el que discrepa de sus ideas y reivindicaciones y niegan a los demás la libertad de expresión y de acción.
* Que el Colegio Americano de Pediatras considera inapropiado, demasiado arriesgado y peligrosamente irresponsable para los niños, cambiar la tradicional prohibición sobre la paternidad de los homosexuales, ya sea mediante adopción, tutela o reproducción artificial. Esta posición está basada en los mejores datos científicos disponibles. ¿Son estos los padres idóneos para adoptar a un niño? … tal vez, en el futuro, el tuyo?
(1) Journal of Sex & Marital Therapy, K. Reund et al., 1984 (36%); Eastern Psychological Assoc. Convention, N.Y., Dr. Raymond A. Knight, 1991 (33%); Journal of the American Medical Association, J. Wassermann et al., 1984, 1986 (22%); Journal of Interpersonal Violence, W.L. Marshall et al., 1991 (42%); Psychiatric Journal, University of Ottawa, J.W. Bradford et al., 1988 (60%).
Homosexualidad y pederastia
La relación que existe entre la homosexualidad y la pederastia es un aspecto esencial dentro de ambos fenómenos y uno de los temas que algunos activistas gay desean negar o ignorar, mientras que otros lo admiten sin reparos.
La Dra. Judith A. Reisman, ex profesora de investigación de la American University y testigo en calidad de experta ante la comisión sobre la pornografía del fiscal general de Estados Unidos, confirma que solamente el 9% de la población heterosexual, es pederasta. En cambio la población homosexual pederasta alcanza el 60%.[1] En otras palabras, el 87% de la población pederasta es homosexual, mientras que el 13% restante es heterosexual. Sin embargo, la Asociación Americana de Psiquiatría, compuesta mayormente por activistas gay, niega que exista esta relación.
Por otra parte, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, los pederastas adultos son varones en más de un 90% de los casos. El informe publicado en 2004 por el John Jay College, considerado como el más completo sobre el tema en EE.UU., constata que además, el 81% de las víctimas eran también varones. En otras palabras, ya sea que el agresor se declare homosexual o no, la pederastia implica un acto homosexual en la gran mayoría de los casos, donde tanto el adulto como el niño son varones[2].
Contenido
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Efectos de la educación
El Dr. Alfred C. Kinsey, cuya ideología sexual ha sido objeto del estudio de Reisman, fue uno de los principales responsables de la difusión de un relativismo sexual que incluye la aceptación solapada del homosexualismo y de la pedofilia, relativismo que ha influido mucho en la educación sexual durante las últimas tres décadas.
Contrariamente a la postura difundida por activistas a favor del homosexualismo, la Dra. Reisman dice que los estudios realizados en torno al tema demuestran que los que practican una conducta homosexual son más propensos a maltratar sexualmente a los niños. Un número significativo de hombres que practica el homosexualismo recluta varones menores de edad, práctica que se ha facilitado debido a la "educación" sexual hedonista que se imparte en muchas escuelas públicas de Estados Unidos y a programas "educativos" eufemísticamente llamados "programas de diversidad", que les enseñan a los escolares a considerar el homosexualismo como algo normal y aceptable, dice Reisman.
El periodista Eulogio López, creador del portal Hispanidad.com[3] se refirió a la educación y la homosexualidad de la siguiente manera:
“
La homosexualidad no es la causa de la actual crisis moral sino su consecuencia lógica. Hace 25 años, cuando un adolescente mostraba las inclinaciones dudosas propias de la edad, se le animaba a cambiar y lo hacía en un 99% de los casos. Hoy se le explica al niño lo de la libre opción sexual. Se lo suelen explicar homosexuales del orgullo gay, pagados por el Estado[4].
”
Investigación científica
La agencia noticiosa electrónica WorldNetDaily informó sobre la investigación de la Dra. Reisman[5][6] en el número de octubre del 2001 de su revista.
Estudios realizados por Reisman
La Dra. Reisman llevó a cabo dos estudios científicos: Crafting Gay Children: An Inquiry into the Abuse of Vulnerable Youth Via Establishment Media and the School Room ("Niños homosexuales producto del artificio : Una investigación del maltrato de la juventud vulnerable a través del establishment de los medios de comunicación y del aula escolar", traducción libre) y Partner Solicitation Language as a Reflection of Male Sexual Orientation ("El lenguaje seductor como reflejo de la orientación sexual masculina", traducción libre). Ambos estudios constituyen un seguimiento a la labor de investigación que Reisman comenzó con su estudio Kinsey: Crimes and Consequences ("Kinsey: crímenes y consecuencias").
La investigación de Reisman, que se ha basado en estadísticas del gobierno obtenidas en 1992, señala que el 9% de entre 86 y 88 millones de hombres heterosexuales maltrató sexualmente a 8 millones de chicas menores de 18 años, lo cual constituye el 25% de todas las chicas de esa edad. Un porcentaje no determinado de hombres que practican el homosexualismo maltrató de 6 a 8 millones de chicos menores de 18 años, lo cual constituye del 17 al 24% de todos los chicos de esa edad. Ello implica que de 3 a 4 chicos son víctimas del maltrato homosexual por cada hombre que practica el homosexualismo. Sólo 0.09 chicas son víctimas de maltrato sexual por parte de un hombre heterosexual, lo que significa que el promedio de dicho maltrato es que 1 de cada 11 hombres heterosexuales maltrata sexualmente a una chica menor de 18 años.
La Journal of the American Medical Association, la revista de la Asociación Médica de Estados Unidos, publicó los siguientes datos que vienen a corroborar los hallazgos de Reisman: el 50% de las víctimas masculinas del SIDA informaron que, cuando había cumplido los 16 años, ya había tenido relaciones sexuales con un hombre adulto y el 20% de las mismas informó que, cuando había cumplido los 10, también ya había tenido este tipo de relaciones con un hombre adulto.
Estudios realizados por otros profesionales
Hay otros estudios que también corroboran las afirmaciones de Reisman en cuanto a que existe una relación entre homosexualidad y pederastia. A continuación sintetizamos los resultados en cuanto al porcentaje de personas que practican el homosexualismo que sonpederastas:
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36% (Journal of Sex & Marital Therapy, K. Reund et al., 1984).
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33% (Eastern Psychological Assoc. Convention, Nueva York, Dr. Raymond A. Knight, 1991).
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22% (Journal of the American Medical Association, J. Wassermann, et al., 1984, 1986).
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42% (Journal of Interpersonal Violence, W. L. Marshall et al., 1991).
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60% (Psychiatric Journal, University of Ottawa, J. W. Bradford et al., 1988).
Además, la mayoría de los estudios concluyen que los homosexuales representan un 2 o 3% de la población total[7].
Reducción de la edad de consentimiento en el mundo
Uno de los aspectos que ocupan al movimiento político gay es el esfuerzo por reducir la edad legal o de consentimiento para las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. No pocos grupos de homosexuales quieren lograr que sea permitida la actividad sexual entre adultos y niños. Un estudio reciente del Family Research Council analiza los intentos para reducir la edad del consentimiento en diversas partes del mundo.[8]
En Sudáfrica, Kevin Bishop está fomentando la abolición de las leyes que imponen límites de edad para las relaciones sexuales[9]. Bishop incluso es favorable al incesto y cita los trabajos de dos psicólogas de Estados Unidos quienes se decantan por la opinión de que la introducción a la vida sexual es mejor cuando tiene lugar dentro de la misma familia. En Gran Bretaña la presión para descender la edad de consentimiento tiene mucha fuerza. Una organización de homosexuales está promoviendo su reducción a los 14 años y otro grupo lanzó una querella ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, afirmando que es injusto mantener un nivel de edad superior para los homosexuales comparado con el de los heterosexuales. Los argumentos de ese grupo encontraron acogida en el gobierno de Blair y en 1998 los laboristas intentaron dos veces obtener la aprobación del parlamento para rebajar la edad de consentimiento de los homosexuales de 18 a 16 años. En las dos ocasiones la cámara de los Lores rechazó la iniciativa. Hace cuatro años el límite de edad para los homosexuales fue reducido de 21 a 18 años.
Los homosexuales han tenido mayor éxito en los Países Bajos donde la edad de consentimiento está en los 12 años, a no ser que el joven presente una queja ante las autoridades. Allí una asociación de homosexuales obtuvo un triunfo en la abolición de una ley de 1971 que prohibía las relaciones sexuales entre los mayores de 21 años y los menores de 21 años. Hoy en día se permite el contacto sexual entre adultos y niños, aunque sólo si los padres del niño lo permiten.[9]
En Canadá, el estado de Ontario ya disminuyó la edad de consentimiento para los homosexuales a 14 años, y en 1995 la Corte Suprema de Canadá declaró que los homosexuales podían cualificarse para la protección como minoría. En mayo de este año la Corte Suprema continuó con su apoyo a los homosexuales indicando a Ontario que debe redefinir el término de esposos para incluir a las parejas homosexuales.
En Estados Unidos la campaña por la promoción de las relaciones sexuales con menores de edad no ha tenido tanto éxito. Sin embargo, diversos grupos de homosexuales se mantienen activos en el reclutamiento de jóvenes para sus filas. Y aunque los tribunales no han imitado el ejemplo de Canadá se debe recordar que la juez de la Corte Suprema, Ruth Bader Ginsburg, mientras fue abogada del grupo de derechos civiles (American Civil Liberties Union) firmó un informe que recomendaba bajar la edad de consentimiento a los 12 años. A pesar de que el contacto sexual entre adultos y menores de edad no es legal en Estados Unidos diversos estudios revelan que un porcentaje elevado de los abusos cometidos contra niños procede de los homosexuales. Así como los homosexuales suman cerca del 2% de la población, constituyen alrededor de la tercera parte de los que agreden a los niños.
La mayor revista pro homosexual en EE.UU., The Advocate, publicó un artículo de un tristemente conocido líder homosexual que opina que "la pederastia no es un desorden parafílico, sino algo que lo libera". Este líder homosexual fue presidente de la ‘Alianza de Activistas Homosexuales de Nueva York’ (New York Gay Activists Alliance), fundó la ‘Coalición para los Derechos Lésbicos y Homosexuales’ (Coalition for Lesbian and Gay Rights), la ‘Asociación del Amor entre Hombres y Niños de Norteamérica’ o NAMBLA (North American Man-Boy Love Association), una organización de pederastas, y escribió un libro sobre la primera etapa del movimiento activista pro homosexual. Por otro lado, un investigador analizó el contenido de la revista homosexual The Advocate entre los años 1972 y 1991, y encontró que entre el 10% y el 20% de sus anuncios explícitamente promovían la pederastia.
El boletín de la corriente principal del sector homosexual de la población, Gay Community News ("Noticias de la Comunidad Homosexual"), con un tono cínico y ofensivo, publicó lo siguiente:
Les practicaremos la sodomía a sus hijos, emblemas de su débil masculinidad, de sus superficiales sueños y mentiras vulgares. Los seduciremos en sus escuelas, en sus dormitorios, en sus gimnasios…
Michael Swift, Gay Community News, 15 de febrero de 1987.
Por su parte, la revista homosexual de noticias, San Francisco Sentinel ("El Centinela de San Francisco"), publicó:
El amor entre hombres y niños es fundamental para la homosexualidad. Para la comunidad homosexual decir que el amor a los niños no es homosexual es ridículo.[10]
San Francisco Sentinel
A pesar de esto, parte de las estrategias políticas del movimiento gay consiste en negar todo vínculo entre homosexualidad y pederastia.
Luis Fernández Cuervo, doctor en medicina, opinó lo siguiente en relación a la homosexualidad y la estrategia de los activistas pedófilos para cambiar la legislación vigente.
“
La homosexualidad, ya sin el aliciente de lo prohibido, también pide dar un paso más en su "progreso". Surge así y se va extendiendo mundialmente la corrupción sexual de menores de edad. Este abuso en algunos casos es heterosexual, pero en la mayoría no es sino un nuevo aliciente de la homosexualidad. Todavía se persigue con la ley y las redadas policiales. Pero los pedófilos están siguiendo la misma táctica que siguieron los antiguos homosexuales. Se agrupan, se organizan, crean sus medios económicos, políticos y publicitarios e intentan, con perseverancia, cambiar las leyes y que se declaren permitidas las relaciones sexuales entre adultos y menores de edad, "siempre que esos menores den su libre consentimiento". Cuando esto alcance su aprobación legal y social ¿cuál será el siguiente paso en este asesinato de la dignidad humana?[11]
”
Relación entre homosexualidad y pedofilia en la Iglesia Católica
Artículo principal: Casos de abuso sexual cometidos por miembros de la Iglesia católica
El 12 de abril de 2010, el cardenal Tarcisio Bertone fue consultado por la prensa acerca de la incidencia del celibato en la aparición de casos de pederastia en la Iglesia Católica. El número dos del Vaticano respondió que de acuerdo con los expertos, las causas de la pedofilia hay que buscarlas en el homosexualismo, no en el celibato.
“
Han demostrado muchos psicólogos, muchos psiquiatras, que no hay relación entre celibato y pedofilia, pero muchos otros han demostrado, y me han dicho recientemente, que hay relación entre homosexualidad y pedofilia… Esto es verdad,éste es el problema[12].
”
Estas palabras han desatado la ira de colectivos homosexuales y la protesta formal de algunos países[13].
En las estadísticas facilitadas recientemente por monseñor Charles J. Scicluna sobre los casos remitidos a la Congregación para la Doctrina de la Fe entre los años 2001-2010, resulta que solo un 10 por ciento de los casos eran de pederastia en sentido estricto, mientras que el 90 por ciento tenían que ver con adolescentes: el 60% hacen referencia a actos sexuales con personas del mismo sexo y el 30% de carácter heterosexual. Es decir, en la gran mayoría de los casos se trata de varones que abusan de menores del mismo sexo.
Los datos confirman que entre el clero católico no se dan más casos de abusos a menores que en otros ámbitos. Ciertamente, nadie ha dicho (tampoco Bertone) que cualquier homosexual sea un pederasta ni que cualquier sacerdote con tendencia homosexual abuse de menores. Pero igualmente habría que reconocer que en la Iglesia el problema de los abusos a menores no proviene de los sacerdotes que viven el celibato, sino de los que no lo viven y que, según se ha visto, en su gran mayoría se sienten atraídos por adolescentes varones.
Lo que molesta es que las palabras de Bertone hayan suscitado un tema que hoy es tabú, como si cualquier dato que vaya en desmedro de la conducta homosexual debiera silenciarse. Como ha declarado el profesor Massimo Introvigne, los que se rasgan las vestiduras "buscan prohibir la cita de aquellos datos estadísticos que consideran como políticamente incorrectos. Es una forma de censura inaceptable, en ocasiones disfrazada de científica". Pero los datos estadísticos son números y "estos números, en cuanto tales, no deberían ofender a nadie y no se les puede hacer decir más –ni menos– de lo que dicen"[2].
Referencias
-
↑ Judith A. Reisman, Crafting Gay Children. Psychiatric Journal, University of Ottawa, J. W. Bradford et al., 1988
-
↑ Dr. Cameron, Paul. "Links Between Homosexuality and Pedophilia". Nueva York, 6 de octubre del 2001. "Child Molestation and Homosexuality". Family Research Institute.
http://es.metapedia.org/wiki/Homosexualidad_y_pederastia
Revista de Psiquiatría y Salud Mental
Vol. 02. Núm. 04. Octubre – Diciembre 2009
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doi: 10.1016/S1888-9891(09)73237-9
http://www.elsevier.es/es-revista-revista-psiquiatria-salud-mental-286-pdf-13145914-S300
Etiología de la pedofilia desde el neurodesarrollo: marcadores y alteraciones cerebrales
Etiology of pedophilia from a neurodevelopmental perspective: markers and brain alterations
Juan Antonio Becerra García a
a Departamento de Psicología, Universidad de Jaén, Jaén, España
Palabras Clave
Neuropsiquiatría; Pedofilia; Etiología; Neurodesarrollo; Neuroimagen
Keywords
Neuropsychiatry; Pedophilia; Etiology; Neurodevelopment; Neuroimaging
Resumen
Desarrollo: Diferentes señales se han asociado a una amplia serie de trastornos del neurodesarrollo, señales indicadoras de problemas en el desarrollo neural que se observan también en pedófilos. Actualmente, siguiendo esta línea de investigación, diferentes estudios de neuroimagen han hallado alteraciones neurales en este trastorno. Conclusiones: La pedofilia se ha relacionado con diferentes indicadores de alteraciones del neurodesarrollo, como un bajo cociente intelectual, una mayor preferencia manual izquierda y menor talla física, entre otros. Además, los pedófilos muestran diferentes alteraciones neurales y presentan un patrón de activación cerebral predominantemente subcortical ante estímulos sexuales. Los resultados de estos estudios parecen mostrar que el origen de la pedofilia se puede encontrar, en parte, en alteraciones cerebrales debidas a problemas durante el neurodesarrollo, aunque estas alteraciones no libran a estas personas de ser responsables de sus actos.
Abstract
Development: Distinct signs have been associated with a wide range of neurodevelopmental disorders and warning signs of neural developmental problems have also been observed in pedophiles. Continuing this line of research, several neuroimaging studies have found neural alterations in this disorder. Conclusions: Pedophilia has been related to distinct indicators of neurodevelopmental alterations such as low intelligence quotient, left-handedness and smaller stature, among others. In addition, pedophiles show several neural alterations and a predominantly subcortical pattern of cerebral activation to sexual stimuli. The results of these studies suggest that the origin of pedophilia may partly lie in brain alterations due to problems during neural development, although these alterations do not absolve these persons of responsibility for their actions.
Artículo
Introducción
Las noticias relacionadas con el abuso sexual a menores son cada vez más frecuentes y generan una gran alarma social. La pederastia (abuso sexual cometido con niños) y la pedofilia o paidofilia (atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia niños o adolescentes) son términos que están relacionados. Aunque su significado es distinto, clínicamente sólo se utiliza el término pedofilia1. Los criterios diagnósticos para la pedofilia, según el DSM-IV-TR, se encuentran recogidos en la tabla 1.
En cuanto a la elección de niños como objeto sexual, se ha hecho una distinción entre pedófilos y hebéfilos, en función de la edad de los niños. Así el término pedófilo haría referencia a adultos que escogen como objeto sexual a niños/as de 12 años o menos y el de hebéfilo se utilizaría para designar a adultos que van a escoger como objeto sexual a adolescentes de más de 12 años2. En relación con la gama de actos sexuales que estas personas pueden cometer con los niños, se encuentran actividades que van desde el exhibicionismo o el voyeurismo a otras como caricias, frotar sus genitales contra el niño, masturbación en presencia de éstos, sexo oral y penetración anal o vaginal3. Debido al gran interés social que suscita este tema, se han realizado trabajos que han intentado hacer una aproximación a las condiciones, situaciones, factores, etc., que llevan a la persona a desarrollar una atracción sexual hacia los niños.
En el estudio de la causas de la pedofilia, los factores medioambientales pueden predisponer a las personas a convertirse en pedófilos, ya que éstos a menudo informan de que el estrés medioambiental es un factor que incrementa sus impulsos y la urgencia de atacar a niños1. La principal hipótesis etiológica, y uno de los ejemplos más obvios de que los factores medioambientales aumentan el riesgo de que una persona se convierta en pedófilo o abusador infantil, es que ésta haya sido objeto de abusos sexuales cuando era un niño; esta relación se conoce como "ciclo víctima-abusador" o "fenómeno del abusador abusado"4,5. La ocurrencia de este fenómeno varía ampliamente en función del criterio de selección del estudio y la población estudiada, pero se ha informado de que los pedófilos sufrieron abusos cuando eran niños en una proporción que va del 28 al 93%, frente a un 15%, aproximadamente, en sujetos controles, y muestran preferencia por niños de edad similar a la que el pedófilo tenía cuando sufrió el abuso2,6.
El desarrollo del sistema nervioso central es un proceso crucial para el desarrollo de la conducta sexual. Este proceso está determinado genéticamente y modulado por factores neuroquímicos, nutricionales y ambientales7. La alteración de este proceso da lugar a los denominados trastornos del neurodesarrollo, que pueden definirse como lesiones cerebrales que se expresan como trastornos neuropsiquiátricos, cuyo origen estaría relacionado con los períodos de desarrollo intrauterino y sensitivo tras el parto8. Hay diferentes señales o marcadores de desarrollo anómalo que se asocian a una amplia gama de trastornos del neurodesarrollo, algunas de las principales son: a) un bajo cociente intelectual (CI), ya que se ha observado un deterioro intelectual significativo en el daño neurológico adquirido durante la niñez temprana en personas expuestas a sustancias teratogénicas y en trastornos genéticos con marcados efectos neurobiológicos (síndrome X frágil, síndrome de Down, etc.)9,10; b) la preferencia manual izquierda (o el uso sustancial de ambas manos para tareas comunes, en especial para escribir), que es significativamente más frecuente en poblaciones con cualquier trastorno neurológico, y en individuos expuestos a neurotóxicos en etapas prenatales o que han sufrido estrés en el nacimiento (peso extremadamente bajo al nacer, nacimiento de gemelos y partos prematuros)9,10, y c) la estatura o talla, que se ve afectada por las condiciones adversas presentes durante el desarrollo prenatal (nutrición inadecuada, exposición a patógenos) y posnatal (condiciones económicas subóptimas)11,12, lo que da lugar a un descenso en las proporciones promedio de crecimiento y al aumento del riesgo de varios problemas de salud durante la edad adulta13-18.
Una línea de investigación, centrada en la comparación de las diferencias neuropsiquiátricas entre pedófilos y diferentes grupos (población general, población reclusa y otro tipo de delincuentes sexuales), apunta a la presencia de eventos adversos durante el neurodesarrollo como un posible factor etiológico de la pedofilia, con lo que, como consecuencia de estas alteraciones del neurodesarrollo, se pueden encontrar las señales anteriormente descritas y diferentes alteraciones neurales en esta patología. Teniendo en cuenta la relevancia del tema de la pedofilia y su etiología, el objetivo del presente trabajo es revisar: a) los estudios publicados sobre los anteriores indicadores de alteraciones del neurodesarrollo y la pedofilia, y b) los estudios actuales sobre las alteraciones neurales, estructurales y funcionales, de la pedofilia.
Marcadores de neurodesarrollo anómalo en pedofilia: cociente intelectual, preferencia manual y estatura
Una búsqueda bibliográfica en MEDLINE, con la combinación de palabras clave "pedophilia", "IQ" y "handedness", identificó 10 artículos. Para la inclusión se seleccionaron los artículos que hacían referencia a pacientes pedófilos, y se descartaron trabajos de caso único, estudios de personas normales con fantasías pedófilas y los referentes a técnicas de neuroimagen. Siguiendo estos criterios, se seleccionaron 5 artículos. Mediante la combinación de palabras clave "pedophilia" y "physical height", se identificó 3 artículos que fueron incluidos.
En relación con el CI, el grupo de Cantor19 encuentra en uno de sus trabajos, realizado con un grupo heterogéneo de delincuentes sexuales, que un CI más bajo se relaciona con un mayor número de víctimas niños y con mayores respuestas peneanas a estímulos sexuales que representaban a menores. Además, a menor CI, menor es la edad del niño en el que se está interesado sexualmente. Un metaanálisis posterior sobre el CI en todo tipo de delincuentes sexuales, con una muestra total de 19.711 delincuentes, de los que 3.187 habían cometido delitos sexuales contra niños, apoyan los resultados anteriores20.
La relación entre la preferencia manual y la pedofilia también se ha examinado en diferentes estudios publicados, en el primero de ellos se encuentra una proporción más alta de preferencia manual izquierda en delincuentes sexuales que atacaban a niños menores de 12 años, al compararlos con un grupo control21. Un estudio más completo para evaluar la preferencia manual en pedofilia y hebefilia muestra una correlación negativa de la preferencia manual derecha con las respuestas peneanas mostradas ante estímulos que representaban a niños prepúberes, y positiva con estímulos que representaban a adultos22. Trabajos posteriores confirman estos resultados tras incluir covariables como edad y CI19, aunque ambos trabajos difieren en el número de víctimas. Para explorar esta diferencia, el último estudio combinó la muestra de sus pacientes22 con los del estudio previo19. Se encontró que los varones que tenían como grupo de interés sexual a niños prepúberes utilizaban la mano izquierda en una proporción 2 veces mayor que los que preferían sexualmente a las personas adultas.
Para estudiar si la asociación observada entre la pedofilia, un bajo CI y la preferencia manual podría ser un artefacto debido a la heterogeneidad de la procedencia de las muestras usadas, un trabajo actual forma grupos homogéneos de pedófilos según su situación legal (si estaban en evaluación por ser remitidos por sus abogados, en libertad provisional o en libertad vigilada). Se muestra que las relaciones entre la pedofilia, un CI más bajo, menor educación y aumento de la proporción de preferencia manual izquierda, en los diferentes grupos, eran iguales que cuando los participantes estaban todos incluidos en un grupo heterogéneo con distintas fuentes de procedencia. Lo que apoya una relación entre la pedofilia y el funcionamiento cognitivo genuina y no como un artefacto23.
En relación con la talla, diferentes estudios han comparado la estatura de varones pedófilos y no pedófilos. Los primeros estudios muestran una menor talla en los pedófilos que en sujetos sanos24,25, aunque las diferencias no son estadísticamente significativas, debido posiblemente al insuficiente poder asociado a la muestra usada en ambos estudios. El problema en relación con el tamaño muestral es solucionado por un reciente estudio, en éste se forman diferentes grupos según la edad de las víctimas (delincuentes pedófilos y hebéfilos y delincuentes sexuales contra adultos), más un grupo de controles no delincuentes. Obtienen que los delincuentes sexuales pedófilos-hebéfilos son significativamente más bajos que los sujetos controles, la talla de los delincuentes sexuales que actúan contra adultos se encontraba en un valor intermedio entre los grupos anteriores26. Se evidencia que, al aumentar el tamaño muestral, las diferencias de estatura se hacen significativas.
Además de las señales descritas en los estudios anteriores, algunos trabajos encuentran una relación entre la pedofilia, el orden de nacimiento tardío27,28 y mayor edad de la madre29; una proporción aumentada de pedofilia y niveles más bajos de educación e inteligencia en personas que han sufrido traumatismos con pérdida de conciencia antes de la edad de 6 años30, y la presencia en esta parafilia de una alta comorbilidad con trastornos del control de impulsos (por ejemplo, trastorno de personalidad explosivo, cleptomanía, piromanía, juego patológico), de un 30-55%31. Estos datos pueden interpretarse, en la línea de los estudios anteriores, como posibles factores indicadores de alteraciones del neurodesarrollo en pedofilia30,32, aunque han recibido menos atención empírica que los indicadores anteriormente comentados.
Alteraciones neurales en pedofilia: hallazgos recientes
Estudios neuropsicológicos previos han dividido las teorías neuroanatómicas predominantes sobre pedofilia en tres grandes categorías. Por un lado, las teorías frontales-disejecutivas asocian la pedofilia con una disfunción en la corteza prefrontal y con la desinhibición conductual33,34. Por otro, las teorías temporolímbicas implican a ambas regiones en la desinhibición conductual35 y a estructuras profundas del lóbulo temporal en la regulación de la conducta sexual36-38. Por último, las teorías de la disfunción dual defienden que los pedófilos sufrirían de disfunción en ambas regiones, disfunción en las regiones temporales que causaría la perturbación de los impulsos sexuales y alteración en las regiones frontales que causaría la desinhibición conductual39. Estas teorías van a predecir que las alteraciones neurales, en la pedofilia, se encuentran en el volumen de la sustancia gris de las distintas estructuras que cada una defiende. Pero diferentes trabajos muestran un escaso apoyo a estas teorías36, ya que encuentran resultados contradictorios si se explora únicamente la anatomía indicada por estas teorías y no se tiene en cuenta otras regiones40-42. Además, otros trabajos indican que la evidencia pretendida por estas teorías puede ser un artefacto metodológico, asociado al mayor tamaño muestral (mayor poder estadístico) de los estudios que muestran diferencias frente a los que no las muestran43.
Para conocer los hallazgos aportados por las modernas técnicas de neuroimagen, se realizó una búsqueda bibliográfica en MEDLINE, con la combinación de palabras clave "pedophilia" y "brain", limitada a artículos publicados en los últimos 5 años. Ésta identificó un total de 13 artículos. Se seleccionaron, para la inclusión, los artículos en que se estudiaba la estructura y la actividad funcional cerebral de la pedofilia, específicamente mediante técnicas de resonancia magnética (RM). Siguiendo estos criterios, se seleccionaron 6 artículos, en los que se evidencian diferentes líneas en el estudio de las alteraciones neurales de la pedofilia, que van desde el estudio de la morfología cerebral, basado tanto en las teorías neuroanatómicas anteriores como en el estudio del cerebro en su totalidad, al estudio del funcionamiento neural durante la excitación emocional y sexual.
El primer estudio de la pedofilia mediante RM emplea la morfometría basada en vóxels para estudiar diferencias de sustancia gris cortical en regiones de interés, y pone a prueba la teoría frontal-disejecutiva. Los resultados muestran que los pedófilos tenían un menor volumen de sustancia gris en los circuitos frontoestriatales y en el estriado ventral, que se extendía en el núcleo accumbens y en la corteza orbitofrontal32. Por lo que, según estos hallazgos, los pedófilos sufren la misma dificultad para inhibir conductas repetitivas como las personas con trastorno obsesivo-compulsivo32. En la misma línea, otro estudio, con técnicas similares, también busca diferencias en áreas específicas. En este caso, en áreas del sistema límbico, como la amígdala, y en la sustancia gris de estructuras relacionadas con el desarrollo del comportamiento sexual, como el hipotálamo. Se encontró en los pedófilos una disminución significativa del volumen amigdalar derecho y una reducción bilateral de la sustancia gris del hipotálamo, regiones septales, sustancia innominada y base del núcleo de la estría terminal44. Estos deterioros estructurales, en regiones críticas para el desarrollo sexual, pueden estar implicados en la patogenia de la pedofilia44.
Una desventaja de limitar el análisis a las regiones predichas por las teorías neuroanatómicas es que posibles diferencias en otras regiones se pasarían por alto, mientras que la desventaja de analizar el cerebro entero es la necesidad de muestras más numerosas para compensar el bajo poder del que dispone cada comparación43. Además, otra posible desventaja que puede influir en los resultados es que, en los estudios anteriores, se compara a delincuentes pedófilos con personas no delincuentes, con lo que las alteraciones estructurales halladas pueden ser debidas a otros factores, como la delincuencia en general, el estrés crónico del encarcelamiento, etc., y no a la pedofilia en sí.
Una investigación reciente, que tiene en cuenta estos problemas, estudia las posibles alteraciones estructurales de la pedofilia mediante un análisis del cerebro en su totalidad. Además, compara a un grupo de pedófilos delincuentes sexuales con un grupo similar de delincuentes con historial de delitos no sexuales. Se encuentran asociaciones negativas entre la pedofilia y los volúmenes de la sustancia blanca bilateral de los lóbulos parietales y temporales. Las regiones con el volumen más bajo de sustancia blanca eran contiguas a dos grupos mayores de fibras, como el fascículo frontooccipital superior y el fascículo arcuato derecho. No se encontró ninguna diferencia en sustancia gris ni en volumen de líquido cefalorraquídeo45. Así, vemos que, al aumentar la muestra, controlar posibles factores de confusión y hacer comparaciones del cerebro en su totalidad, no se encuentran diferencias en la sustancia gris de las regiones predichas por las teorías neuroanatómicas, sino que estas diferencias aparecen en la sustancia blanca, en fascículos que conectan regiones corticales que responden a señales sexuales.
Los resultados anteriores hacen pensar en cómo estas diferencias estructurales pueden afectar al funcionamiento cerebral ante señales sexuales, por lo que se realizan estudios de neuroimagen funcional. Así, se investigó la actividad neural, mediante RM funcional, durante la estimulación visual emocional y erótica, con imágenes del International Affective Picture System, en un grupo de pedófilos y un grupo control. Se encontró que los pedófilos respondían menos a la estimulación visual erótica en tres regiones: corteza prefrontal dorsolateral, hipotálamo y sustancia gris periacueductal. Mientras que en el procesamiento emocional no erótico, mostraban una menor respuesta funcional de estructuras como la amígdala, el hipocampo y la corteza prefrontal dorsomedial46. La activación reducida de estas regiones en los pedófilos indica una alteración que puede contribuir a la modificación del interés sexual hacia los adultos.
Aunque, para determinar si las mismas estructuras responden de igual manera en los cerebros de pedófilos y no pedófilos, se necesitaría emplear diseños en los que cada tipo de sujeto sea expuesto al estímulo que le es sexualmente excitante, niños y adultos, respectivamente. Así, dos investigaciones posteriores del grupo de Boris Schiffer, con RM funcional, comparan los patrones de activación en pedófilos heterosexuales y homosexuales cuando se les presentan estímulos sexualmente interesantes para ellos.
En el primero de estos trabajos, se encontró que la respuesta cerebral de los pedófilos heterosexuales a estímulos visuales heteropedófilos es comparable con la respuesta cerebral de varones heterosexuales a estímulos heterosexuales. Esta respuesta comprende la activación de diferentes estructuras límbicas (amígdala, giro cingulado e hipocampo), sustancia negra, núcleo caudado, corteza del cíngulo anterior, diferentes núcleos talámicos y corteza asociativa. Sin embargo, en varones heterosexuales del grupo control, se encontró respuesta cerebral en la corteza orbitofrontal durante la estimulación sexual visual; esta respuesta frontal no se halló en los pedófilos, que además mostraron una actividad anormalmente reducida en la corteza prefrontal dorsolateral47. En el segundo, estudian el patrón de activación cerebral en pedófilos homosexuales y controles homosexuales, durante estimulación sexual visual, usando para ello fotografías sexualmente estimulantes para ambos y emocionalmente neutras. En ambos grupos, las imágenes sexualmente excitantes activaban áreas cerebrales involucradas en el procesamiento visual de estímulos emocionales (cortezas occipitotemporal y prefrontal), pero durante la presentación de estas imágenes se encontró una activación significativa de áreas como el tálamo, el globo pálido y el estriado únicamente en el grupo de pedófilos48.
Así, en cuanto al funcionamiento cerebral de sujetos controles y pedófilos, los resultados de estos últimos estudios parecen mostrar que, ante los estímulos sexualmente relevantes para cada grupo, el procesamiento central de éstos es comparable en ambos, mientras que el patrón de activación cerebral mostrado es diferente. Los hallazgos más destacados de los anteriores estudios se encuentran resumidos en la tabla 2.
Conclusiones
Los estudios consultados muestran que la pedofilia se relaciona con diferentes indicadores de alteraciones del neurodesarrollo, como un bajo CI, mayor preferencia manual izquierda y menor talla física. Cuando se compara a pedófilos con diferentes grupos, éstos muestran sistemáticamente un menor CI, que es menor cuanto menor es la víctima, una mayor proporción de preferencia manual izquierda y una menor talla física o estatura. Además de otros factores, descritos en diferentes trabajos, que también parecen indicar la posible presencia de alteraciones en el neurodesarrollo en la pedofilia.
En cuanto a los hallazgos neurales, el estudio de morfometría con mayor potencia estadística encuentra en pedófilos un menor volumen en la sustancia blanca que conecta regiones corticales que responden a señales sexuales. La presencia de este tipo de alteración estructural apunta también en la dirección de problemas durante el desarrollo neural y son la evidencia más sólida a favor de dicha hipótesis. Los hallazgos funcionales, complemento de los estructurales, muestran en los pedófilos un procesamiento central de estímulos sexuales visuales similar al de los controles, pero con un patrón de activación cerebral diferente, consistente en una mayor activación de regiones subcorticales frente a una menor activación de regiones corticales prefrontales. Los trabajos de neuroimagen muestran la pedofilia como un trastorno caracterizado por una desconexión parcial dentro de una red de reconocimiento de estímulos sexuales relevantes y por una activación cerebral disfuncional ante estos estímulos.
Los indicadores anteriormente citados no causan la pedofilia, sino que predicen una correlación entre ambos, ya que las alteraciones del neurodesarrollo predisponen a desarrollar tanto la pedofilia como los indicadores (es decir, un bajo CI, preferencia manual izquierda, menor talla física, menor volumen de sustancia blanca, etc.). Hay que suponer que los problemas en el neurodesarrollo no sean las únicas causas de la pedofilia, sino que únicamente pueden contribuir al riesgo de desarrollar este trastorno. Así, se puede decir que no hay una explicación determinante sobre las razones que llevan a una persona a la pedofilia, pero los resultados de estos trabajos hacen pensar que el origen se pueda encontrar, en parte, en las disfunciones cerebrales debidas a eventos adversos durante el neurodesarrollo. Aunque estas alteraciones son problemas que no libran a estas personas de ser responsables de sus actos.
En relación con los diferentes estudios revisados, algunos no incluyen una comparación con un grupo control de sujetos sanos, por lo que las alteraciones podrían relacionarse con variables distintas de la preferencia por los menores. Sería conveniente incluir, en diferentes trabajos citados19,20,22,23,45, un grupo de sujetos sanos y barajar la posibilidad de que las alteraciones estuvieran relacionadas con la agresividad o con el tipo de delito sexual cometido (violación, tocamientos, etc.), independientemente de si se realiza con menores o adultos. Por otro lado, lo obtenido por los trabajos con mayor potencia estadística hacen pensar que investigaciones con mayor tamaño muestral serían eficaces para descubrir otras posibles diferencias. Según los hallazgos estructurales, las futuras investigaciones sobre neuropatología en pedofilia deberían centrarse en el estudio de la sustancia blanca, usando técnicas más específicas, como la toma de imágenes con tensor de difusión, que se ha empezado a aplicar al estudio de alteraciones neuropsiquiátricas.
Como conclusión, los resultados de este tipo de estudios abren la puerta a una nueva perspectiva sobre la pedofilia, y pueden proporcionar las bases para el desarrollo de herramientas de diagnóstico más sofisticadas y de nuevas aproximaciones terapéuticas al tratamiento de este trastorno.
Declaración de conflicto de intereses
El autor declara no tener ningún conflicto de intereses.
Correo electrónico: jbecerra@ujaen.es
Recibido el 22 de junio de 2009; aceptado el 28 de octubre de 2009
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HOMOSEXUAL ADMITE: PEDOFILIA ES LA FORMA PRINCIPALDE LA HOMOSEXUALIDAD
Por MYLP Presidenta CCEDFA
La Senadora Mari Tere González López, encubre o desconce las metas tras bastidores de la agenda gayola; cuando criticó a la representante novoprogresista Lcda. María Milagros Charbonier, “quien catalogó la pedofilia como "una orientación sexual", comparándola así con la heterosexualidad y la homosexualidad.
Acusó a Charbonier de no saber distinguir entre el consentimiento que ocurre dentro de una pareja consensual de adultos, versus la falta de capacidad para consentir de un niño. La invitó a que separe el fundamentalismo religioso de su gestión legislativa y que haga un ejercicio de conciencia apoyado con profesionales para que se retracte de esas desafortunadas declaraciones contra el Derecho y el respeto a la dignidad humana", Mari Tere ignora o pretende no darse por enterada que no son los fundamentalistas los que ven tales conductas como la misma cosa. Son los ideólogos gayolas que asi lo tienen bien planificado en su visión de lo que es ORIENTACION SEXIUAL.
Mari Tere , ilústrese : la “pedofilia es la forma principal de la homosexualidad que se ha desarrollado a través del transcurso de la civilización de occidente desde Grecia y el resanimiento,” dicho por el Profesor David Thorstad. Semana Cultural Lesbica-Gay, Mexico. 1998. Thorstad uno de los autores intelectuales del gayolismo y co fundador de NAMBLA. ( asociacion de boy/lovers ) promueve que la pedofilia sea reconocida como un derecho civil; y que se prohiba el discrimen generacional o “ageismo”. Vea que esto no lo dijo Charbonier, ni un pastor en un culto, ni un cura en misa sino un lider homosexual en una convención gayola.
Los deconstructionistas lograron que la homosexuailidad fuera sacada del DSM (manual de desórdenes mentales) argumentando filosoficamente que “género” son roles asignados arbitrariamente por la sociedad y la politica. Esos mismos argumentos son levantados en favor de de la pedoflia. Postulan que la distinción generacional para tener sexo, es arbitraria e impuesta por la sociedad y la política, criminalizando la relacion niño/hombre. On the Pedophilia Issue: What the APA Should Have Known April 11, 2009 – By Joseph Nicolosi, Ph.D. and Dale O’Leary
El Dr John Money autor de la teoría de género tambien postulaba como parte de las mismas investigaciones "profesionales" – que hoy tanto defiende la Senadora MariTere, – que la pedofilia, el incesto y la homosexualidad deben ser descriminalizados, por ser orientaciones naturales de la sexualidad humana. (Judith Reisman, Kinsey Crimes and Consequences ). Kinsey zoólogo , padre de la sexología humana en EU, y precursor de la ideología de orientación sexual, propuso lo mismo. Estableció que los niños tienen derecho a su sexualidad y que el problema son los padres, maestros, y policias, histéricos que atemorizan a los menores y les inculcan a que no se dejen tocar. Negándoles asi el disfrute de su orientación sexual natural.
Kinsey es el creador de la teoria de que sexo es un continuo entre la heterosexualidad,bisexualidad, homosexualidad. Haciendo experimentos sexuales Kinsey orquestó un abuso sexual en miles de niños (como conejillos de india) manipulados por pedofilos que el reclutó para sus supuestos estudios. Y su mentor espiritual fue un satanista. No es de extrañar que en PR recientemente en un programa de radio gayola, estaban llamando a que se activaran los brujos y se vistieran de rojo.
No es el fundamentalismo de la Lcda. Charbonier lo que le hace decir lo que correctamente ha dicho. Ella solo resumió lo que los profesionales homosexuales dicen:
“ La libertad es indivisible. LA LIBERACION SEXUAL DE LOS NIñOS, mujeres, boy/lovers (pedófilos) y homosexuales en general , solo puede ocurrir como facetas complementaria de un mismo sueño. Pedofilia es la forma principal de la homosexualidad que se ha desarrollado a traves del transcurso de la civilizacion de occidente desde Grecia y el resanimiento, David Thorstad. Semanan Cultural Lesbica-Gay, Mexico. Como es indivisible, la orientación sexual los cubre a todos por igual.
La APA, American Psychological Association’s Psychological Bulletin , controlados por gayolas han dicho que en sus estudios han encontrado que no toda pedofilia es dañina, ni pervertida, cuando el menor consiente. En un articulo de la APA “A Meta-analytic Examination of Assumed Properties of Child Sexual Abuse Using College Samples.” :Hay un movimiento creciente para legalizar la relacion sexual entre niños varones entre l as edades de 10 to 16 con varones adultos; Su estrategia es promover la “objetividad” del estudio LIBRE DE CONSIDERACIONES MORALES. O fundamentalistas como lo llama la legisladora Mari Tere, criticando a Charbonier.
Ya los deconstruccionistas, destruyeron la diferencia entre los”géneros” por ser arbitrario y meramente politico y ahora están haciendo el mismo avance con la diferencia por generaciones ( edades). Y como dijo Bathia, no podemos discriminar a la gente por el hecho de con quien se acueste. ?Por qué discriminar por edad, si los científicos gayolas dicen que es normal y deben respetar la dignidad pedófila?
En el Journal of Homosexuality, Harris Mirkin dice que la clase sexual privilegiada ha impuesto una gran desventaja social sobre la pedofilia a través de la politica, de la misma manera que la politica ponía en desventaja a los negros, por parte de los blancos antes del movimiento de derechos civiles. El Dr. Theo Sandfort, co-director del Departmento de Estudios Gay and Lesbians de la University of Utrecht, Netherlands, dijo que sus estudios “ cientificos” arrojaron que la relación sexual con un adulto era positiva para el niño. ( Nicolosi)
Vea que estos mismos científicos son los que le han lavado el cerebro a los políticos que no leen, de que la homosexualidad es una orientación sexual, igual a la relación hombre y mujer. No hay que saber leer ni escribir, para saber que la humanidad es el producto de la unión de ambos sexos. La conducta sexual desorientada no produce humanos. Si le queda duda sobre la igualdad entre la homosexualidad y la pedofilia, lease HOMOSEXUAL MANIFESTO de Michael Swift. No es un texto biblico, es un plan e intención escrito por homosexuales. Entre otras metas dice: "Se aprobaran leyes fomentando el amor entre dos varones" y los que se opongan seran ciminalizados (Lo que Bathia quiere hacer ahora. “Sodomizaremos a sus hijos y ellos nos adorarán”…. Lo que viene despues. Charbonier tiene razón.
https://www.facebook.com/maritsenadora/posts/291253387674362
Manifiesto Revolucionario Gay, Michael Swift 1987: ¿real o broma?
Este es el “manifiesto” completo:
“Nosotros sodomizaremos a vuestros hijos, emblemas de vuestra débil masculinidad, de vuestros bajos sueños y vulgares mentiras.
Ojo!!!, con lo que traman las Élites (NWO) contra ti. |
Nosotros los seduciremos en sus escuelas, en sus dormitorios, en sus gimnasios, en sus vestuarios, en sus zonas deportivas, en sus seminarios, en sus grupos de jóvenes, en los cuartos de baño de los teatros y cines, en los dormitorios de sus ejércitos, en sus paradas de carreteras, en todos sus clubes de hombres, en los congresos, en cualquier sitio donde hombres estén junto a hombres. Vuestros hijos se harán nuestros siervos y lucharán por nosotros. Vuestros hijos serán reconstruidos, según nuestra imagen. Vendrán, para desearnos, y adorarnos.
Mujer, tú gritas por la libertad. Tú dices que no estas ni lo estarás nunca satisfecha con hombres. Ellos no te hacen infeliz. Nosotros, conocedores del rostro masculino, de la psique masculina, te llevaremos por encima de él. Mujer, tú dices que deseas vivir con cualquier otro excepto con el hombre. Hazlo. Nosotros daremos a tu hombre placeres que nunca ha conocido, porque nosotros somos hombres también, y solo un hombre sabe cómo de verdad dar placer a otro hombre. Solo un hombre puede entender la profundidad y sentimiento, la mente y cuerpo, de otro hombre.
Todas las leyes que prohíben la actividad homosexual serán revocadas. En cambio, se creará legislación que engendre amor entre los hombres. Todos los homosexuales deben estar de pie juntos como hermanos; debemos estar unidos artísticamente, filosóficamente, socialmente, políticamente y económicamente. Triunfaremos solo cuando presentemos una cara común al vicioso enemigo heterosexual. Si tú, heterosexual, desafías y gritas contra la unión de los gays, contra el encanto especial de nosotros, te apuñalaremos en tu cobarde corazón, profanaremos tu endeble y muerto cuerpo.
Escribiremos poemas de amor entre hombres; organizaremos juegos en los cuales el hombre abiertamente acaricia al hombre; haremos películas sobre el amor entre los hombres heroicos que sustituirán el barato, superficial, sentimental, insípido, juvenil, encaprichamiento heterosexual que domina en este momento las pantallas de sus cines. Esculpiremos las estatuas de jóvenes hermosos, de los atletas valientes que serán colocados en sus parques, sus plazas. Los museos del mundo estarán llenos sólo con las pinturas de chavales llenos de gracia, desnudos.
Nuestros escritores y artistas harán el amor con hombres de moda y famosos, tendremos éxito porque somos expertos en crear modas. Eliminaremos elementos heterosexuales por el uso de los dispositivos de engaño y burla, dispositivos de los que somos expertos en el empleo. Desenmascararemos a los homosexuales poderosos que hacen la mascarada como heterosexuales. Usted se asombrará y asustará cuando se encuentre que sus presidentes y sus hijos, sus industriales, sus senadores, sus alcaldes, sus generales, sus atletas, sus estrellas de cine, sus personalidades de televisión, sus líderes cívicos, sus sacerdotes no son el fortín de la familia, burguesa, heterosexual que usted asumió. Estamos por todas partes; nos hemos infiltrado sus filas. Tenga cuidado cuando usted habla de homosexuales porque estamos entre ustedes; podemos sentarnos junto a su mesa; podemos dormir en la misma cama.
No habrá compromisos. No somos ninguna débil clase media. Somos altamente inteligentes, somos la aristocracia natural de la raza humana y aristócratas de mente acerada como el sable, nunca se conforman con poco. Aquellos que se opongan serán exiliados.
Levantaremos ejércitos enormes privados, como Mishima hizo, para derrotaros. Conquistaremos el mundo porque tendremos guerreros inspirados en el amor homosexual como eran los antiguos griegos. La familia, el lugar donde nace la mentira, la traición, la mediocridad, la hipocresía y la violencia será suprimida. El grupo familiar, que sólo enfanga la imaginación y contiene el libre albedrío, debe ser eliminado. Muchachos perfectos serán concebidos y cultivados en el laboratorio genético. Ellos serán vinculados juntos en la educación comunal, en el control y la instrucción homosexual.
Todas las iglesias que nos condenan serán eliminadas. Nuestros únicos dioses son hermosos jóvenes. Nos adherimos a un culto de belleza, moralidad y estético. Todo lo que es feo y vulgar y banal será aniquilado.
Estaremos libres de las convenciones de la clase media heterosexual, somos libres de vivir nuestras vidas según los dictados de la imaginación pura. Para nosotros, demasiado no es bastante.
La sociedad exquisita que surgirá será gobernada por una élite comprendida de poetas alegres. Una de las exigencias principales para una posición de poder en la nueva sociedad de homoerotismo será la indulgencia en la pasión griega. Cualquier hombre contaminado con la lujuria heterosexual automáticamente será excluido de una posición de influencia. Todos los machos que insistan tontamente en lo heterosexual serán llevados ante la justicia homosexual y se harán hombres invisibles.
Volveremos a escribir la historia, la historia completa y rebajada de su mentira heterosexual. Retrataremos la homosexualidad de los grandes líderes y los pensadores que han formado el mundo. Demostraremos que la homosexualidad es inteligencia y la imaginación están inexplicablemente unidas, y la homosexualidad es una exigencia para la nobleza verdadera, la belleza verdadera en un hombre.
Fuente:
Manifiesto Revolucionario Gay Michael Swift 1987
http://www.misionvida.org/tag/manifiesto-revolucionario-gay-michael-swift-1987/
Embestida Contra la Civilización Occidental
19 noviembre, 2014 Inicio
Ante el atropello del MIDES al comenzar a distribuir entre el cuerpo docente de la ROU una “Guía Didáctica de Educación y Diversidad Sexual”, sin conocimiento ni autorización previa del organismo rector de la enseñanza, el “CODICEN”, en donde para su elaboración, el organismo de desarrollo social seleccionó mediante una alegada licitación, al colectivo “Ovejas Negras” (no se conoce que algún otro grupo haya sido convocado a licitar).
Denunciamos que los derechos abrogados por ciertos movimientos autoproclamados de “diversidad sexual”, en los hechos desintegran y desdibujan el contenido de la patria potestad, (que entre muchas cosas incluye el deber y derecho de los padres de elegir libremente el tipo de educación que consideren mejor para sus hijos).
Con estas acciones de facto se violentan también las libertades de conciencia y de expresión, la libertad religiosa, y se transforma al mundo heterosexual en homófobo, digno de desprecio, y aún de cárcel, considerándolo retrógrado y discriminatorio. Cabe traer a colación y compartir el manifiesto gay publicado por Michael Swift (febrero de 1987) en el Gay Community News de Boston, titulado originalmente “Gay Revolutionary”. En dicho documento se deja ver el odio, la discriminación, el rechazo y la falta de tolerancia que caracteriza a ciertos grupos homosexuales: http://misionvida.org/Manifiesto Revolucionario Gay.pdf
Sucesos como estos muestran cómo en miras de alcanzar libertades se termina imponiendo por la fuerza una ideología, no para lograr derechos que favorezcan a ciertas minorías, sino para destruir la concepción heterosexual en todo el mundo occidental. Cabe cuestionar por qué estas cosas no se orquestan en el mundo islámico y otras culturas muy denigrantes a los derechos humanos.
Algunos pensadores tiempo atrás alertaban de que buscando libertades, la libertad en sí misma se podría destruir. El hecho es que, desde fines de la década de los ochenta, esto viene desarrollándose, no sólo en Uruguay sino en muchos países donde padres que se han opuesto a enviar a sus hijos a las clases de esta “ideología” de género, han llegado incluso a ser detenidos por la fuerza pública. Cumplen así, al pié de la letra, lo que proclamaron en el mencionado manifiesto gay.
No podemos ignorar ni callar ante la destrucción de los DDHH consagrados en nuestra Carta Magna, que da garantía a nuestro Estado de Derecho y que es fundamento de la sociedad y del respeto debido hacia todos los padres y madres uruguayos.
Iglesia Misión Vida para las Naciones
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La homosexualidad, una neurosis sexllal
TEMA DE ESTUDIO:
HOMOSEXUALIDAD Y BIOETICA
LA HOMOSEXUALIDAD, UNA
NEUROSIS SEXUAL
(Y cómo se impone al mundo
occidental una ideología
trastornada)
Prof.Dr.Gerard J.M. van den Aardweg
Psiquiatra, Doctor en Filosofía, Holanda.
Por homosexualidad entendemos deseo
erótico o sexual hacia las personas del mismo
sexo; sin embargo, la conducta homosexual no
siempre se encuentra arraigada en este inte-rés emocional e interno (sirvan como ejem-plos la conducta homosexual de ciertas cul-turas no occidentales y los contactos homo-sexuales en la pubertad). El interés sexual del
homosexual por el sexo opuesto es siempre
inferior al nivel normal o, incluso, inexisten-te. Los intereses homosexuales durante la
pubertad y la adolescencia pueden ser transi-torios, por lo que no procede, y podría resul-tar peligroso, tratar los sentimientos homose-xuales de los jóvenes de esa edad como prue-ba de que ‘son’ homosexuales (en algunos,
dichos sentimientos proseguirán, mientras
que en otros no). Asimismo, muchos homo-sexuales adultos poseen, hasta cierto punto,
intereses heterosexuales: entre el 30 y el 50%
pueden ser considerados ‘bisexuales’, y estos
Cuademos de Bioética 1997/4"
intereses heterosexuales son superiores aun
en las mujeres lesbianas.
Los sentimientos homosexuales pueden
dirigirse hacia niños/niñas que no han alcan-zado la pubertad: la pedo filia homosexual
(diferenciada de la pedofilia heterosexual).
Según diversos estudios, la proporción de
pedófilos homosexuales con relación a los
demás homosexuales se halla entre el 5 y el
10%. A la gran mayoría de los homosexuales
varones no les interesan los niños. De modo
análogo, a la mayor parte de los pedófilos
homosexuales no les atraen los adultos (jóve-nes); sin embargo, en una minoría de homo-sexuales varones pueden observarse intere-ses pedófilos ocasionales, en una cifra cerca-na, tal vez, al 15%. Otros pueden ser excita-dos eróticamente por muchachos púberes
que no presentan todavía las características
físicas completas de los jóvenes: los efebófilos.
Otros, aún, buscan principal o exclusivamen-te hombres de mediana edad. Por tanto, pese
al hecho de que casi todos los homosexuales
varones se interesan por los adultos jóvenes,
deben distinguirse categorías específicas con
arreglo a la edad o a las características de
edad de la pareja preferida.
En general, y a despecho de algún sola-pamiento, el pedófilo homosexual se siente
tan distinto del homosexual con intereses
hacia los adultos (jóvenes) como éste del
1309
Gerard J. M. vaJl dell Aardwcg
heterosexual. Por consiguiente, parece acon-sejable pluralizar: homosex1lalidades. Existen,
asimismo, grandes diferencias entre los trall-sexllal~s (quienes creen tener un alma femeni-na atrapada en un cuerpo de varón -por lo
que respecta a las mujeres, a la inversa- y
desean cambiar su sexo biológico mediante
la cirugía) y los restantes homosexuales. Un
grupo aparte lo constituyen los travestidos
homosexuales. Además, algunos homose-xuales sólo se sienten excitados sexualmente
a condición de que su pareja se vista de un
modo específico -por ejemplo, como un sol-dado o como un cowboy-, o cuando su pareja
les trata de un modo específico o ellos mis-mos pueden tratar a su pareja de un modo
específico (caso del sadismo y del masoquis-mo homosexual). Unos son muy afeminados
en su comportamiento, y otros, supermascu-linos. y así sucesivamente.
Es dudoso si muchos autores que anali-zan la homosexualidad desde un punto de
vista sociológico, político o moral se percatan
que no existe una variante humana tal como
‘la’ persona homosexual, diferenciada de ‘la’
persona heterosexual. No hay motivo alguno
para que lo afirmado con respecto a ‘la per-sona homosexual’ no sea de igual modo apli-cable a los pedófilos homosexuales, los gero7l-táfilos homosexuales (aquéllos pocos intere-sados en los ancianos), los transexuales o los
travestidos homosexuales. Si, por ejemplo,
en vista de los homosexuales que prefieren
parejas adultas (jóvenes), se sostiene que
están en su derecho de establecer uniones o
‘matrimonios’ reconocidos socialmente, por
cuanto su inclinación sexual no es sino una
variante de la sexualidad humana, no hay
entonces motivos para denegar idéntico
1310
derecho a los pedófilos o a los transexuales
(en la práctica, estos ‘derechos’ han sido ya
concedidos a los transexuales: se les opera
para ‘cambiar de sexo’ -como sucede en una
clínica de la Universidad Libre Calvinista de
Amsterdam- y, más tarde, pueden registrar
oficialmente su ‘cambio’ de sexo). No existi-ría, además, ningún argumento lógico con-vincente para denegar el mismo reconoci-miento social a los pedófilos heterosexuales
(siempre que la vinculación -se arguye- estri-be en el mutuo consentimiento). Y luego a las
relaciones incestuosas: la petición del deno-minado «contacto sexual intergeneracional»
(pedofilia e incesto) fue realizada, de hecho,
hace ya más de 15 años por eminentes sexó-logos y psiquiatras (verbigracia, Pomeroy,
1977; Nelson, 1989). Dentro de esta misma
línea, podrían solicitarse -y así ha sido- más
oportunidades para la aceptación de las res-tantes aberraciones sexuales.
Todo ello ha comenzado con la acepta-ción de la noción del homosexual ordinario
(con intereses adultos) como una categoría
especial de persona. Hasta el nuevo catecis-mo de la Iglesia Católica presenta una equí-voca formulación sobre este punto (núm.
2.359): al apercibir contra la injusta discrimi-nación de ‘la persona homosexual’ insinúa la
existencia de esta variante de persona y no
parece darse cuenta de que, en tal caso, las
personas especiales de esta índole serían
muchísimas más . El, indudablemente, bie-nintencionado texto sonaría algo raro si aña-diésemos a ‘la persona homosexual’ lo que,
en buena lógica, debería añadirse: la persona
homosexual pedófila, la persona heterose-xual pedófila, la persona exhibicionista, la
persona transexual, la persona incestuosa, la
Cuadernos de Bioética 1997/4"
persona masoquista, etc (¿por qué no ‘la per-sona cancerosa’ para quien padezca cáncer?).
No existe, sin embargo, ninguna persona
lzomosexual (pedófila, incestuosa, transexual,
etc). En principio, la persona humana es
heterosexual y si no puede sentirse así existe
un problema, un trastorno funcional, una
disfunción, alguna clase de enfermedad -la
clase ha de examinarse-, una aberración. La
existencia de un tipo homosexual de ser
humano que difiere del heterosexual consti-tuye precisamente el mito de ‘la persona gay’,
promovido por el movimiento de liberación
homosexual: "tu calidad de gay es un atribu-to inalterable y esencial de tu naturaleza nor-mal; cuando uno es gay, lo es para siempre".
En realidad, el hombre/la mujer de senti-mientos homosexuales que adopta esta ima-gen de sí mismo se identifica con una visión
distorsionada de su persona, con un falso yo.
La homosexualidad corresponde a la catego-ría clínica de las neurosis (sexuales).
Anormalidad de la homosexualidad
Si la variante más común de la homose-xualidad -los sentimientos hacia adultos o
adultos jóvenes- se declara ‘normal’, ‘sana’ o
‘natural’, también la pedofilia sería normal,
sana y na tural, así como la transexualidad, el
exhibicionismo, el sadismo sexual y el inces-to, al tratarse todas de ‘variantes’ de la sexua-lidad. Es ésta, efectivamente, la filosofía
expuesta por el prestigioso Alfred Kinsey
desde los años cincuenta; por sus colabora-dores y discípulos del Instituto Kinsey, y por
una hueste de importantes sexólogos y psi-quiatras (Kinsey c.s., 1948, 1953). Por ejem-plo, Masters y Johnson (1979) afirman que
toda preferencia y toda conducta sexual se
Cuadernos de Bioética 1997/411
La homoscxualidad, una nCl/rosis sex1lal
aprende, incluida la heterosexualidad. Ello
abre nuevos horizontes, vaya que sí. Los par-tidarios de esta idea pansexual, cuyo eje cen-tral es la aceptación de la normalidad de las
inclinaciones homosexuales, se afanan por
cambiar de modo profundo lo que, en su opi-nión, son sólo nuestras actitudes’ culturales’
para con las aberraciones sexuales y la con-ducta desviada. El gran proyecto de Kinsey fue
reeducar progresivamente a las masas hacia
la idea de que toda y cada forma de sexuali-dad -a cualquier edad; inclusive edades muy
tempranas- resulta natural y, desde el punto
de vista social y psico-higiénico, deseable (el
propio Kinsey era bisexual y, probablemente,
pedófilo). El primer paso lo constituía estu-diar el tema de la sexualidad de un modo
científico, sociológico y estadístico; de esa
manera, podrían cambiarse la ideas de la
gente en torno a la ‘normalidad’ sexual. El
segundo paso sería educar a las nuevas gene-raciones conforme a actitudes y prácticas
sexuales científicas, moralmente neutras.
Las obras de Kinsey y la forma errónea,
incluso fraudulenta, de manejar y presentar
sus estadísticas pretendían visiblemente
fomentar el concepto-normalidad de la
homosexualidad (Reisman y Eichel, 1990).
Ha sido sobre todo la escuela de Kinsey
quien popularizó la idea incorrecta y sin
demostrar de que la vergüenza y la aversión
hacia la sexualidad aberrante -también hacia
el contacto sexual con niños- se hallaban con-dicionadas por la cultura occidental (judeo-cristiana) tradicional, que frustraba el desa-rrollo psicológico natural de los niños. En
resumen, Kinsey c.s. tuvo mucho que ver con
la revolución sexual. El Instituto Kinsey, con
sede en Bloomington, Indiana, ha contado
1311
Gerard J. M. van dCIl Aardweg
con el fuerte respaldo de otras dos poderosas
organizaciones internacionales de análoga
ideología sexual: la Intemational Plamzed
Parentlzood Organization y el Population
Movement (Poplllation Council, New York). Esta
última, miembro de una red de instituciones
como la Fundación Rockefeller, la Fundación
Ford, el Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional, contemplaba la
normalización de la homosexualidad como
uno de los medios de conseguir subvertir el
ideal tradicional del matrimonio y la familia.
Podría así adelantarse la reducción de la
población mundial (Simon, 1981, tabla 23-1,
p. 342). Es ésta, en realidad, la fuente del gay
power en el mundo occidental. No cabe bus-carla entre las propias organizaciones -de
hecho pequeñas- de los homosexuales eman-cipadores, ni entre el masivo apoyo popular;
entre el también masivo apoyo de la comuni-dad científica, ni entre la mayoría de psiquia-tras y psicólogos.
Una élite política e ideológica impuso
estas ideas a la colectividad. Con el tiempo,
los adeptos de esta nueva perspectiva de la
homosexualidad tomaron posiciones claves
en universidades, partidos políticos, medios
de comunicación y organizaciones de salud
profesional y mental. Esta revolución provi-no de la cúpula de la sociedad, no de su base.
Se trató de un silencioso COllp d’ état perpetra-do por una poderosa élite social y financiera,
con un trasfondo agresivamente antifamiliar.
Por ejemplo, en 1973 la antigua clasificación
de la homosexualidad en el manual de diag-nóstico de la American Psychiatric Association
(APA) como «trastorno» fue transformada en
«condición». Un influyente lobby que colabo-raba estrechamente con la más importante
1312
organización homosexual de los Estados
Unidos impuso su voluntad, pese al hecho
de que la mayoría de los psiquiatras nortea-mericanos continuaba considerando la
homosexualidad como un trastorno emocio-nal (Bayer, 1981). En el ínterin, los viejos pla-nes de Kinsey se aproximan a su realización:
en 1994, el mismo manual de diagnóstico
describía ex cáthedra todas las desviaciones
sexuales -incluyendo la pedofilia- como nor-males… ¡salvo que el interesado resultase
afligido por ellas! (El lector comprenderá la
importancia de estas modificaciones en apa-riencia formalistas, pues el criterio de EE UU
hace auténtica mella en muchos otros países
y, desde luego, en los diversos organismos de
las Naciones Unidas).
Es conveniente señalar los apreciados
argumentos y técnicas del movimiento de
liberación homosexual y de sus poderosos
padrinos. Al proclamar la naturalidad de los
deseos homosexuales, tienen un interés per-sonal en divulgar resultados de investigacio-nes que podrían interpretarse como respaldo
de la existencia de causas biológicas (norma-les). El descubrimiento, por parte de LeVay
(1991), de núcleos más pequeños en el hipotá-lamo anterior de homosexuales fallecidos por
complicaciones del SIDA y el informe de
Hamer c.s. (1993) indicando la posible exis-tencia de cromosomas sexuales peculiares en
un subgrupo de homosexuales fueron saluda-dos como pasos decisivos en aquella direc-ción. Pero una detenida lectura de los infor-mes podía haber revelado que, en realidad,
nada verdaderamente consistente se había
demostrado, y años después las pretensiones
tanto de LeVay como de Hamer se desmoro-naron (verbigracia, Byne, 1994). Aparte del
Cuadernos de Bioética 1997/4"
hecho de que, aun demostrándose la existen-cia de algún factor biológico, no se probaría
lógicamente la causalidad biológica -y no
digamos ya la normalidad o naturalidad bio-lógica-, hasta la fecha no existe el menor indi-cio claro relativo a un factor semejante. Al
contrario: debido a las actuales investigacio-nes en el campo de las hormonas o los cromo-somas dobles, no resulta nada probable que
exista un factor biológico causativo, mientras
que el grueso de los indicios apuntan hacia la
causalidad psicológica (van den Aardweg,
1997). A menudo se mantiene la teoría de que,
aunque la causa fundamental o causas funda-mentales de la homosexualidad sean psicoló-gicas o socio-psicológicas, han de haber asi-mismo factores de predisposición biológica.
Yo lo considero muy improbable. La observa-ción de muchos homosexuales me enseñó -como a otros- que esos rasgos emocionales y
conductistas asociados con frecuencia a la
homosexualidad masculina o al lesbianismo
pueden explicarse mejor sobre la base de la
educación y el desarrollo psicológico de la
persona. Además, los presuntos factores de
predisposición biológica nunca se explicita-ron y continúan siendo puramente especulati-vos. Yo contemplo esa hipótesis como un ves-tigio de un tipo más antiguo de psiquiatría o
de psicología anómala (cfr. el caso de la delin-cuencia: el ‘delincuente nato’). Es el enfoque
exclusivamente psicológico quien parece
tener todos los triunfos para el futuro.
Varios métodos psicológicos (observa-ción, comprobación y estudios biográficos)
evidencian que la homosexualidad procede
de un desarrollo psicológico-emocional anor-mal, es decir, de relaciones intrafamiliares
anómalas e inadaptación en el grupo parita-Cuadernos de Bioética 1997/4"
La homosexualidad, una neurosis sexllal
rio (véase más abajo). El homosexual padece
un tipo específico de desequilibrio emocional
o neurosis que no está causada por la discri-minación social, sino propulsada por fuerzas
que se hallan en la propia personalidad (van
den Aardweg, 1986). Uno de los síntomas de
que la homosexualidad es una sexualidad
neurótica lo constituye su compulsividad e
insaciabilidad: es ansia neurótica, no disfrute
dentro de una relación estable. Por ejemplo,
BeU y Weinberg (1978) averiguaron que cerca
del 40% de los homosexuales varones com-prendidos entre los 20 y los 45 años habían
tenido relaciones sexuales con al menos 500
parejas distintas, y casi el 30%, con al menos
1.000, así corno que, en su mayoría, dichas
parejas eran completos desconocidos. En
otro estudio, sólo el 4% de los homosexuales
varones que mantenían algún tipo de rela-ción permanente (‘matrimonio’) afirmó no
haber sido promiscuo durante los 5 años pre-vios a la entrevista, lo que extrapolado al
conjunto de la población homosexual signifi-caría un 0,25% (McWhirter y Mattison, 1984;
van den Aardweg, 1994). Las mujeres lesbia-nas mantienen uniones más perdurables,
pero su promiscuidad e inestabilidad de
pareja es también considerablemente mayor
que la de las mujeres heterosexuales
(Gundlach y Riess, 1968). Estos datos no
deberían desestimarlos quienes propugnan
la legitimación de los ‘matrimonios’ homose-xuales y la adopción de niños por parejas for-madas por homosexuales.
La insaciabilidad de los homosexuales
sexualmente activos es equiparable a la del
adicto al alcohol. Un modisto alemán homo-sexual lo expresaba certeramente: "Ésta es
una especie de conducta adictiva y, al mismo
1313
Gerard J. M. van del/ Aardweg
tiempo, un tipo de frigidez. No estás satisfe-cho, por lo que aumentas la dosis … con el
resultado de que multiplicas tu frustración"
(citado por Vonholdt, 1996). Este ansia com-pulsiva es un fenómeno familiar en todos los
pervertidos sexuales: en el fetichista, en el
voycllr, en el exhibicionista. Los pedófilos
homosexuales siguen la misma pauta.
Algunos estudios mencionan un promedio de
80 a 150 víctimas por pedófilo convicto
(Cameron, 1993). Es la cárcel y no el riesgo de
contraer el SIDA lo que inhibe en gran medi-da las prácticas sexuales de estos desdichados.
Existen numerosos estudios que demues-tran esta tendencia masoquista o autodes-tructiva de los homosexuales activos. Tras
prolongados programas preventivos, la con-ducta de alto riesgo (la penetración anal) en
una importante muestra de homosexuales
varones fue incluso más franca que en años
anteriores (Doll c.s., 1991). Varios homose-xuales me refirieron que, deliberadamente,
llegaron a buscar contactos en círculos donde
abundaban los seropositivos, subrayando así
su mentalidad desesperada y proclive a la
tragedia. Efectivamente, la prevención del
SIDA entre los homosexuales activos es tan
frustrante como el trabajo con los alcohóli-cos. Estimaciones recientes ponen de mani-fiesto que el homosexual medio de 20 años
tiene, en EE UU, una probabilidad del 30%
de padecer el virus de la immunodeficiencia
humana a los 30 años … o de no cumplirlos
jamás (Goldman, 1994).
Por supuesto, no se precisan todos estos
hechos y averiguaciones para llegar a la con-clusión de que la homosexualidad es anor-mal, pero pueden hacer tanto más visible
dicha conclusión. Que la homosexualidad es
1314
anormal y no natural debe inferirse ante todo
de la anatomía y la fisiología humanas. La
totalidad de las complejísimas funciones
sexuales biológicas y las estructuras ana tó-micas tanto del hombre como de la mujer
carecerían de sentido si su aparente finalidad
-la procreación- no se lograra por falta de
impulso emocional. Biológicamente, los
homosexuales son completamente normales,
al menos hasta donde nuestro conocimiento
alcanza. Es evidente, por tanto, que algo falló
en un instinto sexual incapaz de cumplir con
dichas funciones. Es éste un argumento tan
sencillo y tan obvio que todo el mundo lo ha
entendido siempre así; solamente una mente
ofuscada por las modernas ideologías sexua-les puede eludirlo.
Nuevas percepciones psicológicas
Resulta paradójico que, justamente en
nuestro siglo, cuando la homosexualidad se
encuentra cada vez más legalizada y norma-lizada, la revelación de sus causas haya
aumentado de modo considerable, y con ello
las posibilidades de cambio y prevención.
Nos recuerda un fenómeno paralelo en el
ámbito de la embriología: fue precisamente
durante las décadas en que nuevas técnicas
hacían posible grandes progresos en los
conocimientos y el tratamiento prenatal
cuando se legalizó y, de modo masivo, se
puso en práctica la eliminación de los nona-tos (según observa Nathanson, 1996). Sin
embargo, tocante a la homosexualidad, estos
conocimientos han sido eficazmente reprimi-dos del alcance público y, en buena medida,
hasta del profesional. La vieja idea de la
homosexualidad como una ‘variante’ innata
de la sexualidad humana se divulga en libros
Cuadernos de Bioética 1997/4"
de texto sobre educación sexual y también en
libros de texto de medicina y psicología,
como si se tratara de un hecho científicamen-te demostrado.
Este mito se halla tan extendido que
incluso algunas versiones del catecismo de la
Iglesia Católica -como la alemana y la espa-ñola- se han inclinado ante él (el texto origi-nal francés únicamente habla, en el núm.
2.358, de tendences llOmoscxucllcs fonciercs en
‘un número de hombres y mujeres no desde-ñable’. La versión alemana traduce tendences
homosexllcllcs foncieres por homoscxllcll vcran-lagt, lo cual significa que los referidos hom-bres y mujeres tienen una naturaleza homo-sexual o que han nacido así. De un modo
parecido, la versión española lo convierte en
tcndcncias homosexuales instintivas. El concep-to ‘instinto’ connota, asimismo, la calidad de
lo innato. Afortunadamente, el original fran-cés no efectúa esta sugerencia errónea: su
expresión de tendcncias inveteradas -como
reza la correcta traducción al inglés- apunta
sólo hacia la intensidad de dichas tendencias.
Nada más. Y a justo título, puesto que
muchas tendencias, compulsiones y adiccio-nes neuróticas son fuertes y persistentes sin,
por ello, ser innatas; considérese, por ejem-plo, la anorexia nerviosa). Así que la mayoría
de la gente piensa que algo de cierto debe
haber en la idea de una causa biológica, sea
ésta hereditaria, prenatal o perinatal. Incluso
quienes se muestran receptivos a la causali-dad psicológica suponen muchas veces que
no faltarán casos concretos en los que exista
una causa física. Pero si se les pide que espe-cifiquen tales casos, admiten desconocerlos o
señalan homosexuales varones muy afemi-nados o lesbianas supermasculinas. De igual
Cuadenws de Bioética 1997/4"
La homosexualidad, l/Ila Ilellrosis sexual
manera, a veces se lleva a cabo una distinción
entre los denominados homosexuales ‘nucle-ares’ (homosexuales básicos; en alemán, Kcm-Homosexuellc) y el resto. Cuestión ésta sin
trascendencia práctica: es cierto que los
homosexuales difieren en cuanto a la intensi-dad de sus sentimientos eróticos, pero por lo
demás no existe ninguna justificación cientí-fica para la distinción arriba mencionada.
Curiosamente, algunos homosexuales que
han superado por completo sus tendencias,
siendo restituidos a la heterosexualidad nor-mal, habían sido en otro tiempo diagnostica-dos como ‘nucleares’; tal es el caso de un
conocido ex homosexual holandés.
Evidentemente, el psiquiatra que efectuó
aquel diagnóstico deseaba, con dicho térmi-no, expresar su convencimiento de que el
hombre era irreversiblemente homosexual…
La noción de la homosexualidad como
dolencia psicológica no está en absoluto -como se afirma en ocasiones- anticuada.
Quienquiera que estudie la historia de las teo-rías homosexuales puede informarse que más
bien es al contrario. Por ejemplo, la teoría hor-monal ha sido enormemente popular hasta
hace muy poco, mientras que sólo lenta y gra-dualmente la explicación psicológica ha gana-do reconocimiento. La contribución de Freud
a este reconocimiento ha sido muy valiosa,
aunque admitiera en su famoso libro «Tres
ensayos sobre teoría sexual» (1905) que sus
percepciones psicológicas (psicoanalíticas) dis-taban aún mucho de ser perfectas. No exclu-yó la participación de un factor biológico,
pero con sus consideraciones sobre las rela-ciones paterno-filiales durante la infancia de
los homosexuales, verbigracia, sobre la auscn-cia de una fuerte figura paterna, se situó clara-1315
Gerard J. M. van den Aardweg
mente al frente de la psiquiatría media de su
época, orientada hacia la biología, y preparó
el terreno a los primeros teóricos convencidos
de que los orígenes puramente psicológicos
de la homosexualidad residían en la infancia:
Wilhelm Stekel (1923) y Alfred Adler (1930),
vieneses y pupilos ambos de Freud -y más
tarde sus disidentes-, y Schultz-Hencke
(1932). Apoyándose en su gran experiencia
con personas que presentaban patologías
sexuales, Stekel declara la homosexualidad
un trastorno psicológico y añade la importan-te observación de que "todos los homosexua-les muestran rasgos neuróticos (<<parapáti-cos»)", enfatizando su infantilismo psicológi-co. También Adler vincula la homosexuali-dad a la neurosis -al denominado «tempera-mento nervioso»- y precisa que en todos sus
casos el homosexual poseía "una conspicua
inseguridad con respecto a su rol sexual. Sí,
esta inseguridad infantil me parece incluso la
condición principal de la primera fase del
homosexual". Por desgracia, su sabiduría
tardó en ser comprendida por la comunidad
psicológica y psicoterapeútica, en parte por-que su enfoque psicológico resultaba dema-siado progresista para aquel entonces, y en
parte porque los dogmas psicoanalíticos de
Freud conservaron su ventaja y eclipsaron las
sólidas observaciones del menos prominente
Adler. El ‘neo-psicoanalista’ Schultz-Hencke
defendía en Berlín "una explicación psicoló-gica (de la homosexualidad) que no deje resi-duo alguno sin aclarar". Muchos factores psi-cológicos e intrafamiliares de la niñez y la
adolescencia que yo -entre otros- descubrí
relacionados con un desarrollo homosexual
fueron ya estipulados por él, pero la segunda
guerra mundial impidió a su escuela influen-1316
ciar la psicología y la psiquiatría en este área.
Después de la guerra, el psiquiatra austro-americano Edmund Bergler (1957) propuso
una teoría enteramente psicológica basándo-se en observaciones muy semejantes a las del
psiquiatra holandés Johan Arndt (1961).
Todos estos teóricos utilizaron conceptos
diferentes, pero, examinadas cuidadosamen-te, sus percepciones convergían en buena
medida. En jerga moderna, todos ellos con-templaron la homosexualidad como una
neurosis, y el aspecto sexual de dicha neuro-sis como una sobrecompensación por las
frustraciones infantiles relativas a la identi-dad sexual de la persona. En Francia, el neu-rólogo y psiquiatra Marcel Eck (1966) llegó a
conclusiones análogas. A este respecto,
hemos de darnos cuenta que los citados
investigadores -y muchos otros- acumularon
un vasto cuerpo de observaciones psicológi-cas a lo largo de muchos años de trabajo
intensivo con millares de clientes homose-xuales. Nunca con anterioridad se habían
efectuado tantos análisis de la infancia y ado-lescencia de tantos homosexuales, ni tantos
análisis de su personalidad y motivación.
Estas exploraciones prosiguieron durante
las tres o cuatro últimas décadas, secundadas
cada vez más por una investigación estadís-tica sistemática, a cargo de psicólogos teóri-cos, sobre los factores y los rasgos de perso-nalidad de la infancia. Lo fascinante fue que
estos nuevos métodos de investigación psi-cológica confirmaron la imagen global surgi-da, medio siglo antes, con las investigaciones
clínicas (la primera iniciativa estadística de
envergadura fue llevada a cabo por Bieber y
colaboradores, Nueva York, 1962). Los
hallazgos pueden resumirse de este modo:
Cuadernos de Bioética 1997/4"
* La homosexualidad no es un fenómeno
aislado, sino parte de un trastorno emocional
generalizado o neurosis. Los homosexuales
padecen sentimientos de inferioridad neuró-ticos, ansiedades neuróticas, preocupaciones
neuróticas, depresiones neuróticas, dolencias
psicosomáticas, masoquismo y otras conduc-tas neuróticas y compulsivas.
* Una mayoría abrumadora de homose-xuales tuvo una relación deficiente con el
progenitor de su mismo sexo, que socavó o
incluso frustró su identificación sexual.
* Muchísimos tuvieron, además, una rela-ción problemática o de excesiva dependencia
con el progenitor del sexo opuesto.
* Muchos otros factores neurotizantes
pueden haber actuado durante la infancia y
la adolescencia: rivalidad de hermanos,
sobreprotección, mimos, falta de afecto, edu-cación propia del otro sexo, un episodio de
enfermedad física o discapacitación, etcétera.
* Más estrechamente asociadas con un
desarrollo homosexual que las relaciones
paterno-filiales problemáticas se hallan aun
las relaciones paritarias del mismo sexo. De
modo característico, los hombres pre-homo-sexuales no participan -de muchachos- en
juegos competitivos (fútbol, béisbol), peleas
físicas, etc. Evitan identificarse con activida-des masculinas y varoniles por sentimientos
de inferioridad y miedo.
* Existe amplio consenso entre los actuales
estudiosos de la psicogénesis de la homose-xualidad en que es inherente al desarrollo
homosexual una auto-actitud de masculini-dad/feminidad frustrada, o, dicho de otra
forma, un complejo de inferioridad en cuanto
a la propia masculinidad/feminidad, o, en
una terminología algo moderna, una identi-Cuadernos de Bioética 1997/4"
La homosexualidad, una neurosis sexual
dad sexual deficiente (por ejemplo, Bieber,
1979; Socarides, 1978; Friedman, 1988; Nico-losi, 1991; van den Aardweg, 1986, 1997). En
segundo lugar, existe amplio consenso en que
el impulso homosexual se originó como com-pensación ante esta escasa identificación mas-culina/femenina. Entendemos por ello que la
inclinación homosexual es fundamentalmen-te un ansia de afecto y reconocimiento por
parte de aquellas personas del mismo sexo a
quienes se admira; de hecho, a quienes se ido-latra. De ahí que los hombres homosexuales
busquen ante todo modelos de masculinidad
y que, en sus contactos, deseen obtener el
amor varonil que echaron a faltar (de su
padre, de compañeros de la infancia o adoles-cencia). Esta búsqueda es insaciable, ya que la
impulsan unos sentimientos de inferioridad y
una autocompasión infantil neuróticos. En con-secuencia, el homosexual sigue siendo emo-cionalmente un niño (un adolescente), al
menos en parte, y exhibe las características de
la inmadurez psicológica: egocentrismo acre-centado, infantilismo en toda una gama de
comportamientos y formas de pensar y de
sentir, actitudes pueriles y ataduras con res-pecto a sus padres. En su personalidad sobre-sale una auto-actitud inveterada de resultar
patético, de ser una persona trágica o de auto-dramatizar; interiormente, los homosexuales
son muchas veces quejicosos crónicos.
El aludido amplio consenso respecto a los
orígenes psicológicos más importantes y
algunas dinámicas centrales de la homose-xualidad suele pasarse por alto. Verbigracia,
el catecismo de la Iglesia Católica tiene a bien
afirmar que "su psicogénesis permanece, en
su mayor parte, sin aclarar" (núm. 2.357);
pero la literatura psicológica y psicoanalítica
1317
Gerard J. M. van den Aardweg
de los últimos 50-60 años deja bien sentado
que el texto sería menos erróneo de decir
algo como "la comprensión de su psicogéne-sis ha aumentado considerablemente, y
muchos investigadores se muestran de
acuerdo en ciertos aspectos esenciales de sus
orígenes y estructura".
Cambio y prevención
Según la ideología de lo políticamente
correcto, los intereses homosexuales -al for-mar parte de la ‘naturaleza’ de una persona-no deberían alterarse, por lo que ni intentar
una terapia sería ético. Constituye, en efecto,
una práctica extendida recomendar al
paciente o cliente aquejado de homosexuali-dad que acepte su ‘condición’ … lo que con
frecuencia significa que es preferible que
él/ ella supere posibles resistencias internas y
continúe activamente como homosexual. En
vista de la intensidad de los instintos homo-sexuales, la mayoría da por bueno este con-sejo. Pero muchos se lo piensan mejor: dentro
del homosexual comprometido queda siem-pre, a decir verdad, cierta conciencia -por
anublada que esté- de que su estilo de vida es
inadecuado, o la sensación de ser un fracasa-do, o cierto descontento consigo mismo, o un
sentimiento de culpa. A la inversa, una
minoría no desea vivir de manera homose-xual por razones morales, religiosas o de sen-tido común. Asimismo, los homosexuales se
hallan con frecuencia interiormente escindi-dos, ya que el deseo de cambiar puede ser
más débil que la voluntad; pero por lo gene-ral poseen motivación para esforzarse.
Es verdaderamente posible un cambio
radical, incluso en aquellos casos en que la
persona no sintiese, en principio, intereses
1318
eróticos por el sexo opuesto. Un cambio
semejante depende, más que del grado de su
neurosis, de la sinceridad, de la persistencia
y de la paciencia de la persona consigo
misma. Cuesta de varios a muchos años, por
término medio, liberarse realmente de la pro-pia homosexualidad interna (mejorías se
experimentan por regla general). Puede
haber un período más largo en que dicha
persona se sienta ya más masculina/femeni-na, menos deprimida, menos neurótica,
menos propensa a dramatizar, menos pueril,
menos egocéntrica, etc, y mucho más atraída
por el sexo opuesto, y, sin embargo, de cuan-do en cuando pueden resurgir los intereses
homosexuales. Esta fase transitoria se desva-nece paulatinamente (Constituye ésta una
descripción general del proceso de cambio, si
bien en algunos casos -más excepcionales- su
curso es más rápido) (véase van den
Aardweg, 1986; también para estadísticas
sobre resultados terapeúticos).
Si el cambio es verdadero y radical, se tra-tará de una transformación total, es decir, se
pasará de ser emocionalmente un niño (un
adolescente) a ser más maduro, más estable,
más el yo de uno mismo y no el falso, imagi-nado y pueril yo homosexual, así como a sen-tirse interiormente más alegre. Tras algunos
años, surgirá quizá una relación amorosa con
alguien del sexo opuesto, que quizá desem-boque en matrimonio (en el caso de los
homosexuales más jóvenes). Mientras escri-bo este artículo, he recibido el anuncio de
boda de un cliente de 30 años que combatió
de firme su homosexualidad y sus emociones
neuróticas durante los pasados ocho años. En
los dos últimos, sus sentimientos hacia una
joven -que se convertiría finalmente en su
Cuadernos de Bioética 1997/4/1
prometida- se hicieron más profundos, y
debe ahora ser considerado normal, también
en el plano sexual. Sus instintos horno-eróti-cos son, desde hace ya dos años, práctica-mente nulos y, lo que es más importante, ha
llegado a la virilidad en diversos aspectos:
más madurez, más responsabilidad y menos
egocentrismo en sus costumbres laborales y
en su vida social. Sus emociones globales se
han convertido en más positivas y mucho
menos autocompasivas y cuasi-histéricas. En
su relación emocional y conductista con sus
padres, ha dejado a la espalda los vínculos
infantiles (había estado demasiado apegado
a una madre dominante e histérica, y se
había sentido rechazado por un padre poco
cariñoso, exigente y, a su criterio, ‘primitivo’,
cuya fría masculinidad había, de hecho,
rechazado él desde la niñez).
Este joven me hace pensar, asimismo, que
"las mejores posibilidades de cambio se deri-van de una síntesis de métodos psicológicos
y cristianos" (van den Aardweg, 1997), pues
se trata de un profundo creyente, un protes-tante abierto a todo cuanto en el cristianismo
reconoce como auténtico, que se ha visto
siempre enormemente ayudado por su per-sonal y disciplinada relación con Cristo a tra-vés de la oración. Sin ningún género de
dudas, su prognosis es buena. Sabrá desen-volverse en su vida de casado, porque para
quien está acostumbrado a esforzarse regular
y pacientemente, y prosigue dentro de esa
línea -con el tipo idóneo de motivación psi-cológica y religiosa-, el matrimonio intensifi-cará de modo progresivo los grandes cam-bios ya logrados y hará que despliegue una
virilidad responsable y madura en su con-ducta, así como en sus sentimientos internos.
Cuadernos de Bioética 1997/4"
La homosexualidad, una neurosis sexual
Al margen de los círculos psicoanalíticos
y algunos otros que han perseverado en la
exploración y el tratamiento de la homose-xualidad, la psicología y la psiquiatría aca-démicas ignoran aún en gran parte la cues-tión o alaban -sin auténtica convicción- la
imperante ideología de la normalidad. La
mayoría de los psicólogos y los psicotera-peutas han brindado una parva ayuda a los
homosexuales; no es de sorprender, por
tanto, que a lo largo de las dos últimas déca-das hayan aparecido muchos grupos y orga-nizaciones de auto-ayuda, constituidos de
modo impreciso en el denominado «movi-miento ex gay». Estos grupos operan en
todos los países del noroeste europeo y en
los Estados Unidos (una organización católi-ca norteamericana es «Courage»; véase Har-vey, 1987). Conozco a muchos de estos ‘ex
gays’ que han cambiado profundamente y, a
su vez, divulgan sus experiencias a los
demás. Dichos grupos son boicoteados por el
poderoso movimiento gay ‘oficial’, cuya ide-ología amenazan, pero crecen rápidamente
en número e influencia porque llenan un
vacío: existe una gran necesidad de ayuda y
de respaldo realistas. El movimiento’ ex gay’
demuestra también que, pese a todas las difi-cultades, el tema de la homosexualidad no
debiera contemplarse de modo tan fatalista.
A los lectores interesados en las experiencias
personales y el consejo de ex gays, les reco-miendo los dos mejores libros disponibles en
este campo: Jeanette Howard (1991) y Mario
Bergner (1995). Y en cuanto a discernimien-tos firmes y consejos prácticos para padres y
amigos de homosexuales que deseen pres-tarles ayuda, sobre todo cuando este miem-bro homosexual de la familia ha contraído el
1319
Gerard J. M. van den Aardweg
SIDA, debería estudiarse la reciente obra de
Worthen y Davies (1996).
Sobre la prevención, muchos años de expe-riencia me han conducido a una sencilla
regla: educa, trata y, en especial, respeta y
aprecia a tu hijo como a un verdadero hombre,
y a tu hija, como a una verdadera chica. En
estas circunstancias, las posibilidades de que
un niño desarrolle este complejo de inferiori-dad neurótico disminuyen de modo especta-cular. Ello significa a veces que un padre / una
madre ha de reconsiderar su propio papel y
sus propias actitudes como hombre/mujer,
tanto dentro de la relación matrimonial como
de la familiar, y con frecuencia implica que el
progenitor del mismo sexo debe procurar
mantener una relación más personal y de
mayor confianza con su hijo/hija.
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1321
[…] dirían si demostráramos que históricamente han estado ligados políticamente los homosexuales, pederastas y […]
Me parece muy poco profesional que casi todas las fuentes que proporcionan en estas notas son de la pagina aciprensa una pagina como no «católica» que de por si tampoco proporciona fuentes fidedignas mas que auto etiquetarse a sus propias notas. La mayoría de notas son de veracidad dudosa o de fuentes ya desfasadas con los nuevos estudios realizados que no son financiadas ni por el colectivo gay ni por movimientos izquierdista.
[…] VÉASE TAMBIEN https://ifvmes.wordpress.com/2015/05/27/pedofilia-pederastia-y-homosexualidad-estrechamente-vinculad… […]
[…] Origen: Pedofilia, pederastia y homosexualidad, estrechamente vinculados. Lo que el lobby LGTB OCULTA […]
Reblogueó esto en Por la verdadera libertad.
[…] ¿Qué dirían si demostráramos que históricamente han estado ligados políticamente los homosexuales, pederastas y pedófilos? https://ifvmes.wordpress.com/2015/05/27/pedofilia-pederastia-y-homosexualidad-estrechamente-vinculad… […]