La Inquisición ofrecía mas garantías juridicas que los JVM

El feminismo, la Mentira Noble por Robert Sheaffer [Refutación histórico-filosófica de la ideología feminazi de genero]

In Ideologia feminazi de genero on 2 diciembre, 2013 at 2:44

(Una versión más reducida de este artículo apareció en Free Inquiry Magazine, Primavera, 1995. Un nuevo texto añadido de junio de 1996. Y Revisiones menores de abril de 1997)

Platón sostiene en La República que para construir una Utopía adecuada, será necesario representar a los dioses como virtuosos, independientemente de lo que Homero y otros autores puedan haber escrito sobre ellos. Por la tanto la censura y el engaño fueron vistos como necesarios para inculcar la virtud: “la mentira de las palabras es útil en ciertos casos y no es odioso”.[1] Esto ha llegado a ser conocido como la “mentira noble” de Platón. En la época actual, otro aspirante a constructor de utopías tiene que adoptar, sin pena ni gloria, la Mentira Noble en la consecución de sus objetivos, utilizando la censura y el engaño, mientras que de alguna manera aún conserva un aura de rectitud moral: el movimiento feminista Políticamente Correcto, que reina casi indiscutible en el mundo académico y en el gobierno.

[1]Platón, La República, Libro II (382c).

El mundo según lo representado por los estudios feministas contemporáneos es un caso peculiar. Se enseña una historia que está en desacuerdo con la que se enseña en los departamentos de historia, una visión de la ciencia que incorpora de manera selectiva lo que se enseña en los departamentos de ciencia, y un enfoque paradójico, no liberal a la moral en la que la corrección de una acción depende en gran medida de quien la está realizando. La visión del mundo creada por el feminismo contemporáneo tiene mucho en común con la del ilusionista, quien puede evocar un escenario impresionante, pero sólo cuando se ve desde un cierto ángulo, y sólo cuando todos los intentos de control críticos son silenciados. De hecho, es difícil acabar con la sospecha de que la razón de las feministas siempre ha insistido en un departamento separado para su programa de "Estudios de Mujeres" es debido a que requieren la exención de la revisión inter pares y un examen crítico que por otro lado su material recibiría tomado como historia , filosofía o ciencia.
Las feministas han salido en gran medida con estos engaños porque la inculcación generalizada y altamente exitosa de la culpabilidad masculina permite que las feministas afirmen que cualquier examen crítico de sus siniestros dudosos equivalen a "culpar a la víctima."
Además, los sentimientos caballerescos hacen que la mayoría de los hombres sientan de alguna manera que es injusto "atacar a las mujeres", incluso si esas mismas mujeres están soltando tonterías extrañas en el proceso de atacar vigorosamente a los hombres. (La falacia de esta lógica es, por supuesto, la suposición de que el programa promovido por las feministas es en realidad en el mejor interés de la mayoría de las mujeres. Una agenda pro-mujer promovería las relaciones armoniosas entre los sexos, y el fortalecimiento de la familia; la agenda feminista, haciendo lo contrario, perjudica tanto a la mayoría de las mujeres como a los hombres.) El resultado ha sido que gran parte de la verdad selectiva, la verdad a medias, e incluso la mentira ha sido incuestionablemente aceptada por una gran parte del público educado. En el Estado Utópico de Platón, los gobernantes tendrían el monopolio sobre el derecho a decir mentiras, a través de la aplicación del "discurso hostil" que codifica en la universidad (y en algunos casos el cuestionar la doctrina feminista ha sido interpretado como "discurso hostil"), hoy en día las académicas feministas buscan el mismo privilegio.
Uno de los absurdos más evidentes enseñado como lo que concierne a la historia de la mujer la supuesta era de la "Diosa Idílica", cuyas más conocidas proponentes son las fallecidas Marija Gimbutas y Riane Eisler y que ha dado lugar a un gran número de carencias críticas en artículos cargados de emotividad y libros. Las feministas hablan despectivamente de los últimos miles de años como el período "del aumento del patriarcado", una declaración de intención para crear la impresión totalmente falsa de que las cosas alguna vez fueron otra cosa. Gimbutas, que era profesora de Estudios Indo-Europeos de la Universidad de California en Los Angeles, afirma que el Neolítico Europa disfrutó de una sociedad pacífica, igualitaria, con igualdad de género, pero centrada en la mujer antes de su brutal invasión por el patriarcal invasor indo-europeo hace más de cuatro mil años. Ella promovió esta idea en varios libros, bellamente ilustrados representando supuesta diosa universal de este período.
Prácticamente todos los colegas profesionales de Gimbutas desecharon sus visiones de "la diosa idílica", por lo general con comentarios como "Gimbutas ha ido demasiado lejos", o "Dios mío, aquí va otra vez Marija". [2] Los partidarios de la teoría de la Diosa Idílica de la historia enseñan una variante del mito de la "pérdida del Jardín del Edén". En esta nueva versión de la raza humana que fue expulsada del paraíso por los pecados de los hombres, pero no los de las mujeres; en la versión del Génesis, la mujer puede haber pecado primero, pero ambos cometieron el delito. Tenga en cuenta que en la fábula feminista, los hombres son los únicos responsables del mal, y las mujeres representan todo lo bueno. Este sentimiento se encuentra una y otra vez en el pensamiento feminista, lo que claramente implica la superioridad moral de las mujeres. Otras feministas pretenden encontrar sociedades invertidas en el género o con igualdad de género en otros lugares siempre inaccesibles. Los presuntos matriarcados, como las apariciones de supuestos poderes psíquicos, exhiben un "efecto de la timidez", y nunca pueden ser observados directamente. Algunos afirman la existencia real contemporánea de "matriarcados" en un remoto lugar de África, Asia, Madagascar, o cualquier otro lugar, pero cuando se presiona para la justificación invariablemente no hay ninguno. El más reciente avistamiento de una "sociedad no patriarcal" estaba en remota isla Vanatinai cerca de Papua Nueva Guinea [3]. Sin embargo, en la inspección cercana resulta que, a pesar de que algunas mujeres a veces se vuelven muy influyentes allí, la gran mayoría de las personas influyentes son los hombres (como aparecen en nuestra sociedad).

[2] Revisar: Steinfels, P. (1990). "Idyllic Theory of Goddess creates storm" en: New York Times, 13 de febrero de 1990. Para una crítica detallada de los planteamientos de la "diosa" de Gimbutas y otros, ver el libro de Hutton, R. (1991). The Pagan Religions of the Ancient British Isles (Oxford: Blackwell), capítulo 2.
[3] New York Times, 29 de marzo, 1994.

Algunas personas simplemente confunden las existentes sociedades "matrilineales" o "matrilocales" (que denotan la primacía del papel de la madre en la herencia de bienes o en la determinación de la residencia, respectivamente) con el inexistente "matriarcal" los (gobernado por las mujeres). En una sociedad matrilineal o matrilocal, la mujer generalmente se somete a la autoridad de los familiares varones de su madre, en lugar de su marido.
La fallecida antropóloga Eleanor Leacock, feminista y marxista, citó como una supuesta sociedad con igualdad de roles de género: los Montagnais-Naskapi de Quebec del siglo XVII cuyo estatus de igualdad entre los roles de género se dice que ha sido registrado por los primeros misioneros cristianos antes de que aquellos Nativos Norteamericanos fueran supuestamente corrompidos hacia su actual estado patriarcal por el colonialismo occidental y la opresión. [4] Sin embargo, el planteamiento de Leacock es totalmente falso, ya que necesita la omisión selectiva de algunas declaraciones tales como "Nunca oí quejas de las mujeres porque ellas no fueran invitadas a las fiestas, o porque los hombres comían las mejores piezas, o porque ellas tuvieran que trabajar continuamente”,[5] ¡mientras que cita otras declaraciones del mismo párrafo!

[4]Leacock, E. (1981). Myths of Male Dominance (New York: Monthly Review Press); "Women in Egalitarian Societies", en Koonz and Bridenthal, eds. (1997). Becoming Visible (Boston: Houghton Mifflin Co.).
[5]Le Jeune, P. (1959). Jesuit Relations (New York: Pageant Book Co.), Vol. 6, p. 235

Otras académicas feministas tergiversan, ya sea por descuido o engaño, la descripción un tanto engañosa de Margaret Mead de los hombres Tchambuli como "decadente", afirmando que esto demuestra una sociedad en la que los roles sexuales habituales han sido invertidos. Esta convenientemente ignora el hecho de que los hombres Tchambuli fueron literalmente cazadores de cabezas, quienes mantenían como trofeos las cabezas cortadas de los enemigos. Llamar a tales feroces guerreros "decadentes" es un mal uso de la palabra. Mead repetidamente se negó a sí misma el haber descubierto ningún rol sexual invertido de la sociedad. Sin embargo, el sociólogo Steven Goldberg encontró que 36 de 38 nuevos libros de texto de introducción a la sociología citaban el supuesto descubrimiento de Mead del "rol-invertido" Tchambuli como "prueba" de que los roles sexuales son ambientalmente determinados. [6] Tales son las mentiras que están siendo alimentadas en los estudiantes de hoy en el piadoso nombre del feminismo. La dura realidad es que toda la historia de la raza humana, a partir de ahora hasta los primeros textos escritos, es un registro continuo llamado "patriarcado", probablemente se remontándose por lo menos tan lejos como a nuestros primeros ancestros primates (desde la sociedad del chimpancé se revela la dominación masculina extrema). En cada sociedad humana, sin excepción, el liderazgo está asociado con el macho, y la crianza de los hijos con la hembra.

[6] Goldberg, S. (1991). Feminism Against Science, en: National Review, 18 de noviembre de1991.

Aquellos quienes argumentan que la "socialización" de alguna manera tiene que explicar los roles sexuales son incapaces de explicar por qué la socialización procede siempre en una dirección uniforme, cuando de acuerdo a su hipótesis debería proceder al azar, dando lugar a un mosaico de matriarcados, intercalados con los patriarcados. ¿Por qué todas las sociedades, sin excepción, socializan a los hombres para el liderazgo, y las mujeres de las tareas domésticas?¿Por qué no a la inversa?
Por lo tanto, la estricta explicación ambientalista cae en una regresión infinita, y se encuentra postulando una causa sin causa: se dice que el dominio masculino que observamos en todas las sociedades que es causado por la "socialización", aún cuando la socialización que siempre da como resultado el liderazgo masculino en sí no tiene una causa, y de alguna forma "siempre fue así".
Steven Goldberg argumenta persuasivamente que el planteamiento popular de la "socialización" para explicar los roles sexuales toma la causalidad en restrospectiva. Él escribe que las teóricas feministas "cometen el error de tratar el entorno social como una variable independiente, con lo que fallan en explicar por qué el ambiente social siempre se ajusta a los límites fijados por, y toma un sentido concordante con la fisiológica (es decir, nunca el medio ambiente actúa como contrapeso suficiente para permitir que una sociedad para evite el dominio masculino de las jerarquías)"[7] En otras palabras, no es cierto, como afirman las feministas, que las sociedades inventan roles de sexo arbitrarios, luego, [las feministas] desarrollan conceptos pseudocientíficos de las diferencias biológicas entre los sexos para justificar normas de la sociedad. Por el contrario, las sociedades observan los patrones de conducta que la biología parece hacer inevitables y, en consecuencia, tratan de socializar a las mujeres y hombres en los roles que se espera que puedan cumplir. Por lo tanto, de acuerdo con Goldberg "socialización" es la variable dependiente, no los independientes uno, como generalmente se supone.

[7] Goldberg, S. (1991) When Wish Replaces Thought (Buffalo, New York: Prometheus Books), p. 173.

Si los roles sexuales en realidad son construcciones arbitrarias de la sociedad, creados para mantener a las mujeres "en su lugar," ¿por qué es necesario dar a los transexuales -personas que ya presentan muchas características del sexo opuesto -las hormonas del sexo opuesto que, previa y separada de cualquier tipo de cirugía, para que puedan adaptarse realmente en su nuevo rol? Invariablemente, estas hormonas masculinas o femeninas se presentan como características profundas que alteran el estado de ánimo. Por ejemplo, en el documental Max de la directora lesbiana Monika Treut, un transexual de de mujer a hombre comenta los profundos efectos experimentados al serle administrado hormonas masculinas en el curso del tratamiento. Ella informó que su nivel de energía aumentó de repente de manera espectacular, al igual que los hizo su deseo sexual. Sus estados de ánimo fueron muy afectados, y ella se encontró incapaz de llorar tanto y tan fácilmente como lo hacía antes. Esto no es una reacción aislada, sino que tales efectos son la norma. De hecho son la razón de ser del tratamiento: con el fin de producir un comportamiento que fuera visto como genuinamente masculino o femenino, es necesario tener el justo equilibrio de las hormonas sexuales que circulan en el cuerpo. Las feministas, sin embargo, atribuyen tal comportamiento en los hombres a la "socialización".
Ahora, si la hipótesis feminista de que la "sociedad-es-responsable" fuera cierto, las hormonas sexuales no tendría ningún efecto en el comportamiento, y transexuales presumiblemente se podrían formar en sus nuevas funciones sólo por leer un libro. La razón de los intentos teóricos feministas para obligarnos a ignorar el importante papel de las hormonas masculinas y femeninas como determinantes del comportamiento es que entonces tendríamos que reconocer que los roles sexuales no solamente no son arbitrarios, sino en realidad son permanentes e imborrables (salvo una intervención médica radical). El contemporáneo Políticamente Correcto feminista, al igual que los marxistas, se siente obligado a postular una explicación puramente medioambiental para todas las diferencias relacionadas con el sexo en el comportamiento, porque tan pronto como las diferencias biológicas son admitidas como factores relevantes, la presunción de que las mujeres son "víctimas de la discriminación" no puede ser sostenida. En caso de que las diferencias de comportamientos y la elección de estudios de hombres y mujeres sea admitida como innata y real, entonces la "hipótesis es nula" -el supuesto de que, en ausencia de discriminación, sin diferencias en los dos grupos que fuese observada- ya no es sostenible. La feminista sería entonces colocada en la posición de tener que separar los efectos de la llamada "discriminación" de los de la biología, una tarea claramente imposible. Por lo tanto, las diferencias hombre/mujer en la biología deben ser declaradas ipso facto carentes de consecuencias observables posibles. El biólogo Garrett Hardin señala que el epíteto "determinismo biológico", llevando "consecuencias de la rigidez absoluta", es "un hombre de paja creado para la conveniencia de polemistas; haríamos bien en hacer ignorarlo." Y añade:
"Suponer que el comportamiento humano es influenciado por la herencia es decir que el hombre no es parte de la naturaleza. La hipótesis darwiniana es que él lo es; los darwinistas insisten en que el peso de la prueba recae sobre los que afirmar lo contrario."
El filósofo Michael Levin describe con ironía la teoría feminista como una forma de "creacionismo", que él define como:
"…cualquier negativa a aplicar la teoría de la evolución al hombre. Es irrelevante si esta negativa es sostenida por una lectura literal de una escritura o la conformidad con una ideología secular."
Él reprende a los "científicos como Richard Lewontin y Stephen Jay Gould, que toman una postura totalmente naturalista hacia todas las criaturas que viven fuera del hombre." [8]

[8] Hardin, G. (1982). Naked Emperors. Essays of a Taboo Stalker (Los Altos, CA: William Kaufmann, Inc.), capítulo 8. Levin, M. (1987). Feminism and Freedom (New Brunswick, NJ: Transaction Books), capítulo 3.

El hecho de que los hombres tienen mucha más fuerza física que las mujeres no puede posiblemente ser admitido como un factor causante de la predominancia de los hombres en los puestos de trabajo extenuantes; por el contrario, la escasez de mujeres en tales trabajos es atribuido a un "ambiente de trabajo hostil" creado por los hombres sexistas. Si se admite que son pocas las mujeres que en realidad quieren hacer ese trabajo, esto debe ser explicado como consecuencia de a ellas les ha sido lavado el cerebro para que acepten como negativos los estereotipos patriarcales.
Que los hombres predominen en los puestos mejor remunerados es visto en sí mismo como prueba de una vasta conspiración para mantener a las mujeres de los mejores puestos de trabajo, a pesar del hecho de que cuando corregimos por factores tales como el número de horas trabajadas, el número de años de educación y en la posición, etc, todas las diferencias se desvanecen. [9] Que las mujeres gastan mucho más dinero en ellas mismos -dinero que supuestamente es ganado para ellas por los esfuerzos de los hombres- ni siquiera es considerado. Si fuera realmente cierto que las mujeres se les pagaba 59 centavos de dólar (o cualquier número que elija para creer) por cada dólar que los hombres ganan, por realizar el mismo trabajo en el mismo nivel de habilidad, entonces no haynegocio que pudiese ser competitivo si se empleara a algún hombre.

[9] Ver por ejemplo, Gilder, G. (1982). Wealth and Poverty (New York: Bantham Books), capítulo 12.

Que las diferencias en las elecciones de estudios podrían surgir de las preferencias mutuas y de decisiones independientes realizadas por dos grupos teniendo significantes diferencias psicológicas innatas no es una hipótesis admisible, a pesar de que ha parecido evidente para todas las sociedades excepto la nuestra. Ninguna explicación será satisfactoria para las feministas contemporáneas a menos que represente a los hombres como explotadores y las mujeres como víctimas (una descripción que en sí misma refuta reclamo feminista de creer en la "estricta igualdad").
Con el fin de defender el empleo de la hipótesis de la conspiración, las feministas deben sostener que no existen diferencias genuinas, innatas en las habilidades, actitudes y habilidades, entre las mujeres y los hombres, o bien que tales diferencias pueden existir, pero no tienen absolutamente ningún efecto observable.
As soon as such differences are admitted as a meaningful factor influencing career choices and performance, the case for the supposed omnipresent "discrimination" vanishes. Tan pronto como se admiten dichas diferencias como un factor significativo que está influencian en las elecciones de estudios y el desempeño, el argumento de la supuesta omnipresente "discriminación" se desvanece. Ahora, prácticamente en todo deporte de los que se tiene registro, los hombres siempre superan a las mujeres y de manera significativa. Estas diferencias no son insignificantes; es una rutina para los talentosos atletas masculinos en la universidad para desafiar el récord mundial de mujeres en su deporte.
La mayoría de las feministas de mala gana admiten que, al menos en el deporte, la diferencia de rendimiento entre hombres y mujeres es el resultado de factores innatos, y no condicionamiento social. Ninguna cantidad de adoctrinamiento político transformará una atleta femenina en un respetable linebacker[*] de la Liga Nacional de Fútbol. Entonces esto coloca al feminismo en la curiosa posición de argumentar que los factores innatos cuentan de la profunda diferencia en el rendimiento de hombres y mujeres en todos los deportes, pero absolutamente en nada más. Esto viola la moderación.Michael Levin afirma que es absurdo decir que no hay un trabajo remunerado, fuera de atletismo, donde el tipo de destreza, resistencia y velocidad manifiesta en el atletismo transmite ventaja. [10] Por supuesto, una vez que las feministas admiten la realidad de las capacidades diferenciadas del sexo, deben admitir que el superior rendimiento promedio de los hombres en los puestos de trabajo intenso se debe a factores innatos, y no a la “discriminación "o" socialización ". Verdaderamente, es la ideología, no la lógica, la que provoca la hipótesis de la absoluta permutabilidad masculina / femenina (o, más exactamente: las feministas negarán el reclamo de la permutabilidad, ¡sin embargo, defienden vigorosamente todo lo que se deduzca de ella!).

[*]N. del Traductor: Linebaker es una posición del fútbol americano y nombre del jugador que la ocupa. En este contexto y en la cultura americana un linebaker es el prototipo de atleta más equilibrado en tanto a capacidades de fuerza, destreza y velocidad; en otras palabras, no es un atleta sobresaliente en alguna de esas capacidades, sino que es notable en todas ellas.
[10] Levin, M. (1987). Feminism and Freedom (New Brunswick, NJ: Transaction Books), capítulo 10.

El contemporáneo feminismo políticamente correcto con su énfasis en los derechos del grupo y los delitos del grupo es fundamentalmente no liberal, una dramática ruptura de la larga tradición humanista que enfatiza los derechos individuales, las recompensas y castigos. Ataca la libertad de expresión siempre que la libertad es usada de manera que no aprueba, las feministas han unido recientemente sus fuerzas con la derecha religiosa para atacar la llamada "pornografía". (Otra coalición de feministas con la derecha religiosa, en una cruzada contra los supuestos "cultos satánicos," se está convirtiendo rápidamente en una "caza de brujas" ¡en un sentido literal! Y el uso celoso de los muy dudosos “recuerdos reprimidos” para descubrir supuestos "incestos olvidados" es en gran parte una campaña feminista liderada por una de sus mayores impulsoras, Gloria Steinem).
Esta ideología busca reemplazar la idea liberal de "igualdad ante la ley" con el siniestro "algunos somos más iguales que otros", premiando a las mujeres con derechos y protecciones especiales no disponibles para el hombre. Uno de los ejemplos más claros de la exigencia feminista del "Más-Iguales-que-Otros" se refiere al status de los colegios de varones y de mujeres. El número reducido de colegios de varones aún existentes, de orientación militar mayormente, tal como el Virginia Military Institute y The Citadel, están bajo una presión legal y política férrea por parte de la política feminista para terminar con los colegios de varones y de mujeres, lo cual ellas sostienen es "discriminatorio". Y usted podría decir, ¿tal vez sí lo es? No obstante, cuando hace unos años, el colegio de mujeres Mills College de Oakland, California, decidió empezar a admitir estudiantes varones, por razones propias y sin ninguna coerción, este mismo discurso feminista, imparable, fue esgrimido sobre ellos para preservar la educación de sexos por separado, forzando a los directores a modificar su decisión, manteniendo al Mills College como un centro exclusivo para las mujeres. (Sin embargo, cuando hablan a una audiencia ingenua, las feministas sostendrán que ellas "sólo quieren igualdad"! Pero, en verdad, cualquier feminista que clama por "queremos igualdad" haría mejor en especificar, gustosamente, qué privilegios desea dejar.)
La justificación dada para mantener el Mills College como exclusivamente de mujeres fue que los hombres tendían a dominar los ambientes de clase debido a sus niveles mayores de agresividad, creando entre las mujeres la necesidad de tener una ‘liga propia’ donde ellas puedan aprender y discutir a su propio ritmo, más pausado. Y no me cabe duda que, realmente, los hombres dominen las discusiones y actividades de las clases con más frecuencia que las mujeres. Sin embargo, las feministas que argumentan de esta manera se encuentran en la delicada posición de sostener que, mientras que el dominio masculino de las aulas de clase es causado por la mayor agresividad de los varones, el dominio masculino del mundo de los negocios nada tiene que ver con la agresividad masculina, sino que todo esto es el resultado de una conspiración secreta, sucia, contra las mujeres.
En el país de las maravillas del feminismo contemporáneo, la educación basada en la segregación sexual es, o muy necesaria, o muy mala, dependiendo de cuál es el sexo que está siendo excluído. La mayor agresividad masculina, observada en promedio, le permite y no le permite eclipsar a las mujeres dentro de la misma organización, dependiendo de la conclusión que se desee probar. A fin de cuentas, todos los argumentos feministas son ad hoc: utilizan cualquier argumento que puedan encontrar para probar lo que desean probar en ese momento (victimización, discriminación, opresión, persecución, o lo que sea). No hay ninguna exigencia de que el argumento que el feminismo usa hoy, tenga que ser coherente con el que usó ayer, o con el que usará mañana. Los hombres, simultáneamente, son y no son más agresivos, son y no son mejores en matemáticas, son y no son más persuasivos, etc., dependiendo de qué es lo requerido por las exigencias del momento.
El feminismo no necesita preocuparse el que alguna mujer objete que el argumento de hoy es inconsistente con el de ayer: cualquiera que lo haga será etiquetada como "enemiga de las mujeres" y será sacada del movimiento. El feminismo "Políticamente Correcto", adecuadamente sensible, nunca critica a una hermana feminista, no importa lo que ella pudiera decir, sino que simplemente "escucha la diversidad de las voces de las mujeres".
Es invariablemente objetado que los tipos de posiciones y doctrinas antes mencionados son los de "las extremistas", y que las feministas y las organizaciones feministas "razonables" no las mantienen. Los críticos del feminismo son acusados de concentrar sus ataques en los llamados "extremistas" como Catherine Mackinnon y Andrea Dworkin, sin embargo, Mackinnon es la inventora del concepto jurídico de "acoso sexual";¿rechazan "las feministas razonables" ese concepto como "extremismo? Por supuesto que no; esta línea de argumentación les permite "saborear el fruto" de Mackinnon mientras que "la maldicen la vid”.Si Andrea Dworkin es tal "extremista", ¿por qué ha sido elogiada tan pródigamente por Gloria Steinem? (Y si Gloria Steinem no es "representante de las feministas", entonces ¿quién es?)
La siguiente pregunta que hay que hacerse es: ¿dónde están todas estas "feministas razonables"? La respuesta invariablemente es que están sentadas a mi lado, o en la oficina bajo el recibidor; pero de alguna manera estas supuestas voces que dirigen la "moderación" absolutamente no juegan ningún papel en la formulación de la política pública. Algunas feministas más o menos razonables, pero políticamente ineficaces, defienden sus funciones, señalando el éxito de poca importancia donde las "feministas buenas" como ellas fueron capaces de mitigar un poco las políticas nocivas (coacción, censura, etc.) de las ‘feministas malas’. Mi respuesta es que si todo lo que el ‘feminismo bueno’ se puede lograr es la oposición, con una eficacia inferior al 100%, el daño hecho por el ‘feminismo malo", entonces la sociedad estaría mejor sin el feminismo al completo.
Se nos pide creer que la mayor organización feminista en América, y que la revista feminista de mayor difusión, cada una de ellas sin cesar promueve la imagen de las mujeres como "víctimas" mientras que con fuerza presionan por especiales prebendas y cuotas (y es (o hace poco fueron) cada una dirigida por una lesbiana[11]), son de alguna manera "no representativas" de lo que la típica feminista supuestamente hace y cree. Una vez más, esto es sólo un truco retórico barato: por definición, las más grandes organizaciones y publicaciones en cualquier movimiento son representativos de ese movimiento. Fueron ellas poco representativas, algunas otras locutoras dieron un paso adelante, y reunieron un público más grande todavía. Uno se ve obligado a concluir que, todos los objetivos feministas razonables habiendo sido alcanzados hace mucho tiempo, el esfuerzo está redoblándose para alcanzar el mayor número posible de los no razonables antes de que cualquier oposición significativa sea capaz de desarrollarse.

[11] Patricia Ireland, la cabeza de NOW, técnicamente está casada, pero ella admite que no vive con su esposo, sino con su amante mujer. Robin Morgan, hasta hace poco editor en jefe de la revista Ms., y aún en el staff editorial, ha sido abiertamente lesbiana durante muchos años. "Feminism full time" está dominado por las lesbianas, y lo que ha sido etiquetado como la agenda feminista es en realidad la agenda lesbiana (las carreras lo son todo, el matrimonio es una trampa, los esposos son el demonio, los bebes son una molestia, etc.) Si hoy día el feminismo representara los intereses de las muchas mujeres heterosexuales, estaría trabajando en hacer la vida más fácil y más armoniosa para las esposas y las madres, más que hacer todo lo posible para desaparecer la familia.

Ninguna persona razonable, me parece a mí, podría negar que las mujeres y los hombres deben tener los mismos derechos en materia de estudios, de la propiedad de bienes, etc, y en la práctica, rara vez son tales derechos negados hoy. Sin embargo, del mismo modo que ninguna persona razonable puede esperar que "la igualdad de oportunidades" automáticamente se convertiría en "igualdad de resultados" para dos grupos tan diferentes como las mujeres y los hombres. Sin embargo, la principal queja de las feministas contemporáneas es que no es así, y la diferencia se presenta como la evidencia de una supuesta "discriminación" debido a la supuesta injusticia de la sociedad y la intolerancia hacia las mujeres. Sin embargo, esta "discriminación" afirma que trata todas las diferencias en las situaciones del mundo real de las mujeres y los hombres como resultado de una sola causa: el comportamiento supuestamente egoísta e injusto de los hombres que no están dispuestos a "compartir" sus supuestos "privilegios" con las mujeres.
Todos los otros factores y variables son automáticamente ignorados: las diferencias entre las mujeres de los hombres en la fuerza física y resistencia; los efectos del embarazo y la crianza de los hijos que sacan a las mujeres del trabajo, las diferencias reales entre el cerebro masculino y femenino, los estados de ánimo que alterantes de las hormonas masculinas y femeninas, etc. Ninguna de estas diferencias muy reales, nosotros estamos expectantes por creer, podrían explicar las diferencias en los roles masculinos y femeninos; todas esas diferencias deben ser atribuidas a la perfidia y codicia masculina.
También me parece que ninguna persona razonable puede negar la igualdad moral de las mujeres y los hombres: que ninguno de los sexos tiene derecho a reclamar ninguna credibilidad mayor de "bondad" o el comportamiento cooperativo que el otro. Sin embargo, esto es precisamente lo que intenta negar el feminismo contemporáneo. Algunas declaraban que las mujeres son el sexo moralmente superior[12].Otros negarían tal explícita afirmación, sin embargo, la demanda miente implícitamente en toda la literatura feminista, no obstante, a través de la representación incesante de los hombres como crueles explotadores, y las mujeres como sus víctimas inocentes. ¿Cómo puede uno reclamar a creer en la ‘igualdad moral’ de los dos grupos mientras simultáneamente sostiene que uno de los dos supuestamente ha “explotado” y "oprimido" al otro en todas las sociedades que han existido? La creencia en la ‘igualdad moral’ de los sexos implica la creencia de que la expectativa de los derechos humanos universales de la dominación masculina y la sumisión de la mujer es en algún sentido ‘natural’ y correcta; negar una es negar la otra.

[12] Ver por ejemplo, Barbara Walker en: The Skeptical Feminist; Phyllis Chesler en: Patriarchy: Notes of an Expert Witness; o Robin Morgan en: The Demon Lover.

La retórica del movimiento feminista muestra la historia como un escenario lúgubre de opresión sin fin y la subyugación de las mujeres, para el beneficio egoísta de los hombres. (Que los hombres podrían ser ellos mismos una clase de "víctima", ya que los hombres han formado el 100% de la carne de cañón de todas las batallas en la historia, no es digno de consideración.) Pero la representación de la mujer como Víctima Perpetua no sobrevive el escrutinio crítico, sobre todo hoy no. Lo que las mujeres en derechos no podrían haber tenido en varios momentos de la historia, tales como el derecho de voto, fue normalmente sólo había sido ganado por los hombres un poco antes. ¡Durante la mayor parte de la historia, nadie tenía derechos fuera de la elite gobernante!
En cuanto a la sociedad estadounidense contemporánea: las mujeres viven un promedio de siete años más que los hombres, los hogares encabezados por mujeres tienen un patrimonio neto que promedia un 41% superior a las de los encabezados por hombres (y esto a pesar del hecho de que la mujer promedio trabaja muchas menos horas por año que el hombre común y corriente). Las mujeres representan el 55% de los graduados de la universidad actual. Alegan que son objeto de discriminación en la política, sin embargo, emiten 7.000.000 votos más que los hombres en la elección de presidentes. Ganan casi automáticamente en disputas de custodia infantil. Las víctimas de delitos violentos son mayoritariamente hombres, las esposas asalto a los maridos con más frecuencia que a la inversa. Las mujeres pueden asesinar a un marido o amante dormido a sangre fría, entonces alega defensa de “maltrato a la mujer”, y muy probablemente reciba sólo la más ligera pena o tal vez incluso sin pena en absoluto, ¡incluso en ausencia de cualquier prueba de que eran en realidad "maltratadas ! " (There is no "battered man" defense.) (No hay ninguna defensa de "hombre maltratado").
Si es declarado culpable de un delito grave, un hombre cumple una sentencia promedio de más de un 50% de larga que una mujer condenada por el mismo delito, y un hombre en prisión tienes más de diez veces más probabilidades de morir allí que una mujer. La ratio de suicido de hombres es cuatro veces mayor que la de las mujeres. Veinticuatro de los veinticinco puestos de trabajo calificados como "peores" en términos de remuneración y condiciones de trabajo por el Almanaque de Relación de Trabajos tienen una cosa en común: todos ellos del 95% al 100% son hombres. De los muertos en accidentes laborales, el 94% son hombres, al igual que el 96% de los muertos en la Guerra del Golfo.
Si los hombres supuestamente lo han arreglado todo para ser tan maravilloso para ellos mismos, entonces ¿por qué están muriendo, están mutilados, asesinados, o se matan a ellos mismos en tasas muy superiores a las de las mujeres, quienes terminan con más dinero a pesar de haber trabajado menos? [13] Al ignorar los hechos inconvenientes como el de arriba, las feministas siguen fomentando el mito de que las mujeres son las "víctimas" de una sociedad injusta creada y dirigida por los poderosos, sin importarle los hombres para su propio beneficio personal. En realidad, tiene mucho más sentido para llamar a las mujeres contemporáneas de América "privilegiadas" que "oprimidas!"

[13] Esas estadísticas proceden del libro de Farrell, W. (1993). The Myth of Male Power (New York: Simon & Schuster).

La visión del mundo construida por el feminismo contemporáneo políticamente correcto, el único tipo que juega ningún papel en la conformación de políticas públicas, es un castillo de naipes. Exige a sus adherentes saltar de una rama inestable a otra, nunca muy segura de si las diferencias de sexo en el comportamiento son ilusorios, o muy real, pero insignificante ex cathedra; incierto es si las mujeres se comportan exactamente igual que los hombres, o son emocionalmente y moralmente superiores, orientadas hacia la vida (a diferencia de los hombres, que aman la muerte); cambiando de "égalité absoluta" a "disposiciones especiales", dependiendo de lo que confiera mayor ventaja en la circunstancia.
Las mujeres son a la vez fuertes e independientes, totalmente preparadas para prevalecer en el infierno del combate, pero al mismo tiempo tan débiles que necesitan reglas especiales en las que reciben beneficios de compensación para ayudarles en la competencia con los hombres, sino que también necesitan una protección legal contra avances sexuales no deseados y chistes verdes.
Esto es muy parecido a la seda de un mago que parece tener un color diferente cada vez que se revela. La experiencia ha demostrado que estas objeciones a los absurdos feministas se responden mucho más con insultos ad hominem y expresiones de indignación moral que con argumentos razonados, tales son las defensas empleadas por ilusionistas que se enfurecen cuando sus mentiras son reveladas.
Pero puede haber un gran daño en la mentira sin oposición, sobre todo cuando da lugar a la sospecha, la hostilidad y la envidia entre los sexos, donde el amor con frecuencia solía existir tan recientemente como una generación anterior. En ningún otro país ha Políticamente correcto el feminismo llegó al poder como en el mundo anglo-americano, especialmente en los EE.UU. y Canadá (que en sí es interesante: ¿por qué las mujeres europeas en gran parte se negó a luchar en la guerra contra los hombres). Como consecuencia, tenemos aquí lo que es casi seguro que la más alta tasa de divorcios en el mundo, un sistema educativo desmoronando, y una espiral imparable de aumento de la delincuencia y la patología social relacionadas. Estudios recientes han demostrado una clara correlación entre esta patología social y los hijos de familias sin padre [14]. Queda por ver si una sociedad puede permanecer intacta en gran parte sin familias viables en las que criar a los niños psicológicamente saludables, la historia no ofrece ejemplos de este tipo. Uno puede tratar de argumentar que la familia de EE.UU. murió de causas naturales, precisamente en el mismo tiempo las feministas comenzaron a disparar contra ella, pero después de examinar la profundidad y la ferocidad del ataque feminista contra los roles de las mujeres esposas y madres tal argumento no convence.

[14] Ver "Dan Quayle was Right" en: Atlantic Monthly, abril de 1993.

Nietzsche advirtió contra los sistemas de la moralidad basados en lo que él llamó resentimiento, que pretenden representar a la compasión, cuando en realidad contiene la destructividad encubierta de los que impotentemente desea de venganza contra aquellos a quienes la envidia. Él citó la moral cristiana como el principal ejemplo de este sistema. [15] Mientras que se finge una actitud de pasividad y amor, los primeros cristianos trabajaron en serio para reducir cualquier persona o institución estimadas para el éxito mundano. No debemos dejar de señalar que el feminismo contemporáneo políticamente correcto, en sí es un niño del marxismo, y ambos son manifestaciones de resentimiento [16].

[15] Nietzche, F. The Genealogy of Morals, Libro 1. Ver también, Sheaffer, R. (1991). The Making of the Messiah (Prometheus Books), capítulo 2.
[16] Simone de Beauvoir generalmente es considerada como la Madre Fundadora del feminismo contemporáneo. En su libro The Second Sex, ella explícitamente basa su teoría de la ‘explotación de la mujer’ en el "materialismo histórico" (es decir, el Marxismo), y en particular en las especulaciones históricas, actualmente desacreditadas, de Engels referidas a los supuestos "matriarcados antiguos". Hoy, la línea feminista y los socialistas, estan del mismo lado para cualquier tema político de trascendencia. NOW manifiesta que los intentos para cortar el bienestar son una "guerra contra las mujeres".

A pesar de su éxito en pasar por un inofensivo, aunque noble, movimiento dedicado a la "equidad simple", el movimiento feminista contemporáneo es en realidad una mentira noble. No importa cuántas personas puedan haber sido sinceramente convencidas de creer las declaraciones de la emperatriz no tiene ropa. Y una "noble mentira" es, sin embargo una mentira. – See more at: http://www.ministeriodeequilibrio.com/viewtopic.php?f=20&t=5482#sthash.VZHcOwbr.dpuf

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